¿Qué significan los números en nuestras tarjetas de crédito? ¿Son aleatorios?

El dinero de plástico está cada vez más presente en nuestro día a día económico, restando protagonismo al metálico, que según algunas fuentes tiende a la desaparición. Pero sin adelantar acontecimientos financieros, hablemos de las tarjetas bancarias, cuyos números marcan nuestra cotidianeidad, aunque nunca los memoricemos – PIN aparte -, ni conozcamos su significado. ¿Sabéis que no son cifras aleatorias, sino que tienen su por qué?

Por suerte no es necesario acordarse de todos los dígitos de nuestras tarjetas de crédito o débito. Bastante tenemos con recordar el DNI, que normalmente es un requisito para poder utilizarlas (o debería serlo, por motivos de seguridad).  Y también el número secreto (PIN) necesario para activar y validar esas tarjetas que nos permiten realizar operaciones comerciales sin necesidad de llevar efectivo encima. Pero esos dígitos que por lo general no recordamos no son producto de combinaciones numéricas fortuitas, sino que responden a una sistematización, en primer lugar, y a un complejo algoritmo matemático después, que de algún modo  garantiza el orden, la exclusividad  y la seguridad de estas herramientas financieras de uso particular. Veamos a qué responden las cifras de nuestras tarjetas.

Estos números sirven para asociar la tarjeta en concreto con nuestra cuenta corriente y con nuestra titularidad, y desde 1.989 las numeraciones de todas las tarjetas de crédito o débito que se emiten se tienen que adaptar a la norma ISO/IEC 7812.  Esta norma identifica las posiciones y significados de todos los números que tiene una tarjeta.

¿Qué significa cada número en la tarjeta de crédito?

El primer número impreso en el plástico representa el tipo de tarjeta por el rango de emisor. Así, según como empiece la retahíla de cifras ya sabremos qué tipo de tarjeta tenemos entre manos.

Si el primer número es el 0 el tipo de emisor de la tarjeta es Norma ISO / TC 68 u otras funciones de la industria. Y sucesivamente, si es un 1: Líneas aéreas; un 2: líneas aéreas y otras tareas de la industria; un 3: viajes y ocio; un 4 o un 5: servicios bancarios y financieros; un 6: merchandising y banca; un 7: petróleo; un 8: telecomunicaciones y otras tareas de la industria; y un 9: asignación nacional.

Los siete dígitos siguientes  de todas las tarjetas se corresponden con el número de emisor de la empresa o entidad financiera y el país. Así, según el tipo de tarjeta y de localización geográfica de la emisión de la misma esos números van variando, pero a groso modo esos siete primeros dígitos ubican el tipo de tarjeta, el tipo de emisor y la zona en la que se ha emitido.

El resto de números son el código interno de la entidad para asociar la tarjeta al cliente y corresponden con sus propios criterios de numeración.

El número total de dígitos de una tarjeta es variable, pudiendo oscilar entre 13 y 18, aunque las tarjetas más habituales tienen 16 dígitos, con un máximo de 19.

Por último, hay otro número presente en la mayoría de las tarjetas, el dígito de control. Se trata de un número que cumple el algoritmo de Luhn, el cual relaciona algebraicamente el resto de números para devolver el valor del dígito de control y se encuentra en una posición determinada. Para las tarjetas, VISA, Maestro y Mastercard, por ejemplo, el dígito de control se encuentra en la posición 16.

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