Los objetivos para un planeta sostenible exigen invertir el 8% del PIB mundial
El dinero mueve el mundo. Negar esta evidencia a estas alturas resulta cuando menos ingenuo. Tanto la sostenibilidad del planeta como el bienestar social se miden en términos financieros, en presupuestos, en ayudas solidarias, en campañas de inversión o en salarios mínimos dignos, equitativos, universales o… Y según estos parámetros afronta la cuestión un informe presentado en la última y reciente reunión del G20 en Nueva Delhi, relacionando los objetivos climáticos, que se centran en la reducción a cero de las emisiones de carbono, con las condiciones económicas mundiales marcadas por la enorme brecha entre la riqueza y la pobreza. De hecho, según el estudio, los objetivos de la Agenda 2030 para un planeta sostenible exigen una inversión global del 8% del PIB mundial.
Una enorme cantidad de dinero, que se cifra en billones, que no debería destinarse solo a potenciar la más que necesaria sostenibilidad, ya que según los técnicos del McKinsey Global Institut (MGI) ésta no será posible mientras siga habiendo en el mundo 4.700 millones de personas pobres. Los expertos aseguran que no se podrán lograr los objetivos climáticos sin mejorar los económicos.
Pobreza y emisiones
Los autores del estudio aseguran que es básico el empoderamiento económico de la población mundial, ya que cabe analizar el crecimiento económico, la inclusión y el camino hacia la neutralidad en emisiones de carbono como elementos de un sistema conectado. De modo que los dirigentes de las principales potencias del mundo deben afrontar dos cuestiones existenciales a la vez, que son el empoderamiento económico de la población global y las cero emisiones. Y conseguir ambos objetivos requiere de una inversión que han calculado en unos 37 billones de dólares (con b), de los cuales un 57% les correspondería abonarlos a los países G20. Y esto solo en la lucha contra la brecha de la pobreza.
En cuanto al cambio climático, para cumplir en esta década con los objetivos de emisiones cero de la Agenda 2030, el estudio del MGI señala que habría que invertir unos 41 billones de dólares adicionales en inversiones tecnológicas que persigan reducir las emisiones de manera acumulada hasta 2030. Una cantidad que en un 85% deberían asumir los países del G20.