¡Adiós a las varices y venitas rojas!
Las varices y las venitas rojas o “telangiectasias” suelen aparecen a partir de los 30 años, con mucha más frecuencia entre las mujeres sobre todo por sus cambios hormonales (por ejemplo durante el embarazo o el uso de anticonceptivos orales), aunque los factores desencadenantes radican en una alimentación inapropiada, basada en exceso de grasa y sal y en la escasez de líquidos. El sedentarismo es también uno de sus principales enemigos.
Venas de araña
No son varices, aunque se relaciona con ellas. Son venas retorcidas y visibles que pueden estar en cualquier parte del cuerpo, aunque son más frecuentes en las piernas y la cara.
Aparecen como consecuencia de un sistema venoso insuficiente para enviar hacia arriba la sangre. Aumenta la presión y termina abriéndose en ramificaciones superficiales, es decir, en esas venitas rojas.
Varices
Son dilataciones de las venas que se aprecian bajo la superficie de la piel. Generalmente aparecen en las piernas, pero pueden formarse también en otras partes del cuerpo.
Mientras que las venas de araña son básicamente un problema estético derivado de una insuficiencia venosa, las varices suelen ir acompañadas de dolor e hinchazón en las piernas y cansancio. Se forman cuando las válvulas venosas no cierran bien, así, la sangre comienza a acumularse en las venas, haciendo que se dilaten.
Generalmente aparecen por razones relacionadas con la obesidad, cambios hormonales, herencia genética, embarazo, aumento de peso, actividades que requieren estar muchas horas de pie o sentado y por algunos medicamentos.
Consejos para prevenir la aparición de varices
- Practicar ejercicio. Andar en bicicleta, correr, caminar y nadar es muy recomendable porque ayudan a mejorar la circulación y a controlar el peso.
- Llevar una dieta adecuada. Con frutas, verduras, cereales, lácteos, carnes blancas (pollo y pescado) y, dos veces por semana, carne roja. Disminuir el consumo de sal y azúcares. Realizar cinco o seis comidas diarias y beber al menos litro y medio de agua a diario.
- Poner las piernas en alto. Impide que la sangre se acumule en las piernas y mejora considerablemente el flujo de sangre al corazón.
- Utilizar medias de compresión. Ayudan a mejorar la circulación.
- Evitar largos periodos de pie o sentado. Y si no es posible, hacer descansos en el primero de los casos y levantarse en el segundo, en la medida de las posibilidades.
- No utilizar ropa apretada. Las fajas y medias ajustadas provocan el retorno venoso.
- Realizar masajes. Deben ser suaves y siempre desde los pies hacia los muslos.
- Evitar fuente de calor excesivo. Larga exposición al sol, calefacción a la altura de las piernas, depilación con cera caliente y baños muy calientes.
Tratamientos para su eliminación
Si ya tenemos varices es recomendable acudir a un especialista en medicina vascular para prevenir posibles complicaciones y mejorar el aspecto físico. Si los síntomas son graves (dolor, coágulos de sangre o problemas en la piel) es posible que necesitemos un tratamiento médico.
Pueden tratarse con láser o inyecciones terapéuticas. Dependiendo de la situación de cada paciente, el especialista determinará cuál es el más apropiado.
- Con láser. El médico comienza el procedimiento con las venas más grandes. Se administra la luz intensa del láser sobre cada vena a tratar y, a su vez, absorbe la energía de la luz a través de pulsos. La absorción de la energía deshace la coagulación de la sangre, lo que hace que la vena se cierre hacia abajo.
Este procedimiento se realiza sin sedación, pero sí se puede aplicar un anestésico tópico para reducir las molestias. Se empezarán a notar los resultados a partir de dos sesiones.
- Con inyecciones. Consiste en inyectar un agente esclerosante (un irritante químico) en las venas. Se pone una inyección por cada dos centímetros y medio, por lo tanto se administrarán entre 5 y 40 inyecciones durante el tratamiento.
No requiere sedación y este tratamiento tendrá una duración de entre 15 y 45 minutos.
- Escleroterapia. En el procedimiento se inyecta una solución directamente en las venas afectadas que hace que se encojan, y a la larga desaparecen.
Cuando se inyecta la solución irrita la capa de la vena, haciendo que se hinche y se pegue.
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