Seguridad y salud en el trabajo
La Ley de Prevención de Riesgos Laborales tiene por objeto la aplicación de medidas provisorias y el desarrollo de actividades para favorecer la seguridad y la salud de los empleados en su lugar de trabajo.
No tomar las debidas precauciones ni llevar a cabo las normas de seguridad adecuadas puede acarrear graves consecuencias tanto para el trabajador como para el empresario. Por este motivo, en los últimos años, el Gobierno ha endurecido las sanciones por infracciones en materia de prevención de riesgos laborales con el fin de proteger la integridad física de los trabajadores.
Los datos ofrecidos por el Ministerio de Trabajo revelan que el porcentaje de siniestralidad laboral en España ha descendido a lo largo de 2011. De hecho, se trata de una bajada de un 4,1% que responde a la menor actividad en el sector como consecuencia de la crisis económica. A pesar de esta caída, las cifras continúan siendo alarmantes: 2 personas mueren cada día en su puesto de trabajo y 15 se ven involucradas en un accidente grave.
Recomendaciones y normas de seguridad
Dependiendo de las características de la empresa y de las actividades que se desempeñen, el cumplimiento de las medidas de seguridad e higiene cobra mayor importancia en unas compañías que en otras. Aunque claro, no es comparable una persona que trabaja en una oficina con otra que lo hace en una central nuclear.
Algunas de las normas establecidas con carácter general son: el uso de arnés para cualquier clase de trabajos verticales, protectores auditivos en lugares donde se excedan los 85 decibelios, uso de botas de seguridad en zonas de producción, protectores respiratorios para manipular partículas muy finas, adopción de una posición erguida a una distancia superior a 50 centímetros del monitor, adecuación de la intensidad de la luz en la oficina para que la vista no se vea forzada, etcétera.
Accidentes y lesiones laborales comunes
Los accidentes de trabajo se causan, principalmente, por los descuidos, la falta de uso de las pautas de seguridad y los equipos de protección personal. Así, los sectores que registran un mayor índice de accidentes con baja en jornada de trabajo son Servicios, Industria, Construcción y Agrario.
Con respecto a las formas más frecuentes de lesiones laborales caben destacar los sobreesfuerzos, el aplastamiento sobre o contra un objeto inmóvil, la colisión contra un objeto en movimiento, las heridas producidas por el contacto con un agente material cortante, punzante o duro, así como el aplastamiento o amputación, el contacto con corriente eléctrica o fuego, los infartos, derrames cerebrales y patologías no traumáticas y los accidentes de tráfico.
Los tipos de lesión inmediata más frecuentes son los esguinces y torceduras, junto con las denominadas “lesiones superficiales” (magulladuras, cortes, quemaduras…) mientras que de las generadas tras un periodo largo de tiempo cabe destacar el Síndrome del Túnel Carpiano, la Epicondilitis Medial comúnmente llamada “codo de golfista”, la Compresión del Nervio Cubital y las lesiones en la espalda.
¿Cuánto cuesta un accidente laboral?
El impacto económico que suponen los infortunios laborales resulta realmente importante. Se estima que las malas prácticas en temas de salud y seguridad se traducen en una cuantía 30 veces superior a la inversión destinada a medidas para prevenir ese mismo accidente, y 48 veces más en caso de siniestros graves y mortales.
Además de los costes económicos directos que soportan las empresas en estos casos, como remunerar un trabajo no realizado, costear el tratamiento médico y la indemnización o el aumento de gastos en formación, también hay que tener en cuenta los costes indirectos, ya que la producción de la empresa, su imagen y las relaciones laborales se pueden ver afectadas negativamente.
Sin contar con lo que supone para el empleado que además del dolor y la inquietud tanto de él como de su familia, tendrá que hacer frente a la disminución de ingresos y los gastos adicionales que puedan surgir.