Vacaciones compartidas para abaratar las fiestas
Los viajes colaborativos se han convertido en una alternativa al turismo de masas, al viaje convencional y organizado. Puedes visitar los lugares desde la perspectiva de los residentes, habitando sus hogares, con o sin su presencia. Una opción cada vez más demandada y que ha multiplicado el trabajo de las webs especializadas en facilitar los contactos entre las partes interesadas.
Alojamiento colaborativo
Hay tres modalidades esenciales. La primera consistiría en dormir gratis en casa de alguien que ofrece una cama o un sofá desinteresadamente. Es el caso de Couchsurfing. La segunda es el intercambio gratuito de casas entre viajeros, de modo que tú disfrutas de la casa del otro y el otro disfruta de tu casa. Y por último, el alquiler vacacional de casas particulares, tal y como se hace a través de la conocida plataforma Airbnb.
El precio es sin duda la mayor ventaja, además de las relaciones personales que pueden establecerse, y que pueden ayudarnos a disfrutar de nuestro destino. Además, siempre es más cómodo disponer de una casa que de una limitada habitación de hotel. Eso sí, en caso de que la experiencia no salga todo lo bien que esperábamos, las relaciones entre particulares no son tan estandarizadas como cuando viajamos a un hotel, ni suelen garantizarse los derechos de consumo.
Coches compartidos
Compartir vehículo es otra de las opciones para abaratar las vacaciones. Una práctica que lleva años funcionando con éxito, pero que en los últimos tiempos se ha convertido en la principal alternativa a los medios de transporte convencionales. Más barata y respetuosa con el medioambiente que las opciones hasta hace poco consideradas como las normales e individualizadas.
Tan popular es la opción del carpooling, que han proliferado las aplicaciones que facilitan los acuerdos entre los usuarios. Entre las más populares: Blablacar, Amovens o Viajest.
