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Trucos de ahorro doméstico para contrarrestar el precio de la luz

La factura de la luz ha alcanzado récords históricos. Nunca había subido tanto y en tan poco tiempo. Más de un 200% en unos meses. Una circunstancia que afecta a la práctica totalidad de consumidores, tanto domésticos como empresariales. Y por ello, ahora más que nunca, es importante ahorrar toda la electricidad que se pueda. Veamos algunos trucos para conseguirlo, aunque no apretar el interruptor sigue siendo el más eficaz.

Aunque lo hemos señalado ya muchas veces, los expertos en consumo de Seguros Bilbao, artífices de este listado de trucos ahorrativos, insisten en poner el foco en el consumo fantasma. Es decir, el Standby. Y es que cuando se apagan los aparatos eléctricos hay dos opciones, apagarlos de verdad o dejarlos en “descanso”, a la espera de reactivarse. Y en ese estado siguen consumiendo y pueden llegar a suponer el 12% de tu factura.

Bombillas de bajo consumo

A menudo los consejos nos entran por un oído y nos salen por el otro. En materia de ahorro, solemos pensar que la diferencia entre atender o no es de algunos céntimos de euro, y así nos va. La cosa no está como para desechar opciones de ahorro, y una de las fuentes de despilfarro son las bombillas de nuestra casa. Las corrientes gastan más y duran menos. Es tan sencillo como eso. Y sí, las bombillas led son más caras en la tienda, pero se amortizan de inmediato y todo son ventajas, ya que son mucho más eficientes. De hecho, consumen hasta un 80% menos de energía y su vida útil es entre 10 y 15 veces mayor.  ¿Dónde está la duda para cambiar todas las bombillas de la casa?

De los electrodomésticos hemos hablado ya muchas veces en estas páginas, pero cabe insistir, pues nuestros hábitos no son siempre los más adecuados para sacarles todo el rendimiento y no forzar su consumo. Veamos algunos de esos usos inadecuados.

El frigorífico, por ejemplo, no debe estar en un lugar de la cocina donde pueda darle el sol, ni cerca de una fuente de calor, pues le obligará a consumir más energía para conseguir refrigerar. Lo mismo pasará si introducimos en él alimentos calientes. O si lo abrimos amenudo por puro aburrimiento. Cada vez que se abre la puerta entra la temperatura externa y la nevera debe contrarrestarla con un esfuerzo energético que se traduce en gasto.

El horno es uno de los electrodomésticos que más energía gasta, y a menudo lo usamos para funciones que bien pueden realizarse en el microondas. Éste gasta entre 60 y 70% menos que el horno por hacer lo mismo.

Y la secadora es otro de los aparatos que salen caros, cuando en más de una ocasión resulta prescindible. Si no llueve, por qué no tender la ropa. Aunque haga frío se seca.

También hay que tener muy en cuenta el nuevo etiquetado energético de los electrodomésticos. Los más eficientes pueden significar un ahorro muy importante a la larga.

Lavadora y lavavajillas llenos

El lavavajillas solo debe ponerse cuando esté lleno. Cuesta más energía que lavar a mano los platos, pero se ahorra agua. Una cosa por la otra. Pero en cualquier caso, que cada vez que se use sea para limpiar toda la vajilla, y no un par de platos. Igual que la lavadora, que siempre debe ponerse con carga completa.

En cuanto a la calefacción, recordad que la temperatura ideal dentro de casa es de unos 20ºC. Por cada grado de más, el gasto aumenta entre un 5% y un 10%. De modo que dependerá de nosotros. No tiene sentido poner la casa a 30 grados en invierno.

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