The Newsroom, política, dinero e información en formato televisivo
Una serie de tres temporadas centrada en el día a día de un canal de noticias de la televisión por cable donde la política y la economía marcan la rutina periodística, pero que Sorkin centra en sus personajes, que abarcan prácticamente todo el espectro socioeconómico de la sociedad. Una realidad que podría ser también la nuestra, habitada por los propietarios de la cadena, los presentadores estrella, los productores, redactores y los últimos y más elementales colaboradores de redacción, que de un modo u otro acaparan también su cuota de protagonismo. Y así podemos extrapolar ese entorno laboral periodístico a la vida en general. Algo que ya había hecho de forma igualmente brillante con el personal de la Casablanca en la inigualable The west wing (El ala oeste de la Casablanca). Y siempre con su estilo narrativo, inculcado desde la letra de los guiones, y que acaba por marcar el ritmo de sus historias. Ese walk and talk que nos hace acompañar a los personajes en su deambular, y que nos sirve para entrar y salir de la maraña de historias que siempre ofrece, y que a menudo ni siquiera resuelve, pues la vida no siempre se para en todas las estaciones. Pocas veces historias sin resolver resultan tan convincentes. Y así como empezó acabará la serie. Redonda, perfecta, sin principio ni final. La vida sigue antes y después de nosotros, de The Newsroom.
Capítulo a capítulo, se desgrana el día a día coral de una gran empresa, y así se nos habla de financiación, acciones, intereses multinacionales, opas hostiles, demandas laborales, y tantos otros conceptos relacionados con las altas finanzas y la cotidianeidad económica; pero también y sobre todo de ética periodística, de honestidad profesional, de rigor, de vocación, de solidaridad, lealtad y amistad, así como de otros muchos valores humanos, que deberían regir siempre nuestros quehaceres personales y laborales. Sorkin, ya lo hemos dicho, crea siempre grandes familias de personajes en la ficción, pero que sirven de ejemplo en la realidad, pues esa es siempre su fuente de inspiración.