Que las tarjetas le han ido comiendo terreno al dinero en metálico como medio de pago es ya una evidencia incuestionable, pero éstas son mucho más que eso, y cada vez ofrecen más posibilidades a los usuarios financieros de estos productos.
Entre las muchas novedades que presentan las tarjetas en la era digital es que ya no son solo aquellos plásticos de crédito o débito que sustituían el dinero en nuestra cartera. Hoy son también herramientas virtuales que puedes activar o desactivar según las necesites desde la web o la correspondiente App de la entidad con la que trabajes. Además, puedes tenerlas registradas en aplicaciones de pago en tu móvil o reloj inteligente y pagar con estos dispositivos como si las estuvieras presentando físicamente.
Otras opciones
Desde luego, con las tarjetas podemos seguir haciendo los pagos que hacíamos tradicionalmente, así como hacer uso de sus habituales funciones. Se pueden hacer, por lo tanto, pagos online de todo tipo o seguir sacando dinero de los cajeros. Pero además, se han convertido en instrumentos financieros que los bancos utilizan para ofrecernos sus posibilidades de financiación. Por ejemplo, cuando pagas con una tarjeta de crédito es frecuente que te ofrezcan, para cargos superiores a un determinado importe, la opción de aplazar el pago en 3 o más plazos mensuales, con cargo al límite de crédito que tengas concedido en esa tarjeta.
No obstante, en tales casos hay que tener en cuenta que esos aplazamientos afectan solo a los cargos concretos a los que lo apliques, y no a las condiciones generales que tengas en la tarjeta. Además, esos aplazamientos pueden ser gratuitos o que impliquen un interés, una comisión o ambos. Todo eso convienen consultarlo antes de aceptar cualquier operación. Ante la duda, siempre es bueno hablar con tu agente bancario antes de aceptar cualquier opción.
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