Seguros para mascotas: ¿Cuándo son obligatorios? ¿Qué coberturas tienen?

Uno más en la familia. Eso es lo que es, lo que debe ser, una mascota. Debe recibir el cariño y los cuidados que merece, y del mismo modo que nuestro bienestar y nuestra salud cuesta un dinero, también lo cuesta el de nuestros animales de compañía. Un dinero bien gastado, sin duda, pero que no tiene porqué ser más del necesario. Así, una buena manera de prevenir disgustos y ahorrar dinero es contratar seguros para mascotas. Una oferta que hoy tienen en su catálogo la mayoría de las aseguradoras.

Existen muchos tipos de coberturas en los seguros para mascotas, desde la más básica que es la que cubre daños ocasionados a terceros (Responsabilidad Civil) hasta las que cubren daños propios del animal (accidentes, veterinario, asistencia…).

Y ahora hablaremos de las características o ventajas de cada una de ellas. Pero antes es necesario destacar que hablar de mascotas supone una referencia a animales de compañía comunes, es decir, generalmente perros y gatos. Aunque algunas pólizas puedes adecuarse a otras especies.

También conviene especificar que en algunos casos el seguro no es una opción, sino una obligación. Nos referimos al seguro de responsabilidad civil (a terceros) en los casos de perros catalogados como potencialmente peligrosos (ppp) o aquellos que no pertenecen a las razas especificadas como “ppp”, pero que por su fisionomía también requieren obligatoriamente de un seguro.

El seguro mínimo de responsabilidad civil es el que cubre posibles daños a terceros, y por lo tanto les evitaría un conflicto grave, que podría ser penal, en caso de que se produzca un caso de “agresión” por parte de su mascota. Usted es el último responsable, y el seguro puede cubrir tanto esa responsabilidad como el coste de una posible indemnización.

Aunque no todos los seguros cuentan con esta cobertura (que repercutirá en el coste), algunos incluyen cobertura legal. Si tal fuera el caso, la compañía asumiría el coste de la asistencia legal en caso de que se produzca algún percance y tener que acudir a los tribunales o, simplemente, se abriera un proceso judicial.

Veterinario y vacunas

Como pasa con el gasto sanitario de los humanos, nuestras mascotas también pueden suponer un coste adicional si padecen algún problema de salud. Algo imprevisible y que puede llegar a salir muy caro según el caso.

Esta cobertura de asistencia veterinaria no la tienen los seguros más simples a terceros. En cambio, aquellos que sí disponen de ella cubrirán esos gastos aleatorios. Además, por lo general, el tomador del seguro podrá acudir a cualquier veterinario, pues el único requisito para que la aseguradora cubra el gasto de la asistencia es que la factura sea oficial. Con ella la compañía reembolsará el importe, inicialmente pagado por el cliente.

Otras coberturas que pueden ser contratadas según el seguro son las de estancia en residencia, las del coste por sacrificio necesario o incluso un seguro de vida por accidente del animal. Algunas compañías ofrecen la posibilidad de asegurar animales de valoración elevada, así como perros de trabajo, que tienen el valor añadido de la productividad. También existen coberturas de robo del animal e incluso una prestación en caso de extravío.

En cuanto a las vacunas, imprescindibles para el buen cuidado de los animales de compañía y para garantizar la segura convivencia con humanos, no se contemplan en ninguna cobertura. Es este un gasto que no podremos ahorrarnos, pues los seguros cubren contingencias imprevisibles, y no gastos obligatorios como es el caso de la vacunación, que está exigida por ley.

No obstante, todo lo referido a él asesoramiento sobre vacunaciones obligatorias sí se incluye en el capítulo asegurado de asistencia veterinaria.