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«Se busca millonario» o el caso de la suerte esquiva

El documental sigue sumando adeptos lentamente, pero lo tiene difícil a la hora de desbancar la ficción en la taquilla, a pesar de que ésta suela triunfar con hiperbólicas imitaciones de la realidad, que es la materia prima con la que trabaja este género siempre infravalorado como entretenimiento popular.

Una miniserie española de tres capítulos sobre un caso real.

Es como si al público le costara darle una oportunidad, y ese desconocimiento relega a los documentales a los circuitos minoritarios o a los cines de arte y ensayo. Y tres cuartos de lo mismo en televisión, donde siguen proliferando y brindando algunos productos soberbios y tan sorprendentes como la más intrincada de las fantasías, además de contar con el valor añadido de la verdad como punto de referencia, lo cual a menudo le suma morbo a la ecuación. Pero ni aun así, y es muy injusto, créanme, que a un producto como Se busca millonario no se le conceda opción alguna. Denle el beneficio de la duda y lo disfrutarán.

Se trata de una miniserie española de HBO Max que, en tan solo tres capítulos y en formato de investigación periodística, repasa el caso del boleto de lotería premiado en 2012 con 4’7 millones de euros que apareció abandonado en La Coruña. Una noticia que apareció en todos los telediarios, conmocionó, tuvo algunas réplicas y, como de costumbre, se olvidó sepultada por la caudalosa actualidad. Y eso que el misterio nunca se resolvió, las diligencias policiales siguen abiertas, hay decenas de personas que lo reclaman como suyo con argumentos de lo más diversos, el propietario más probable ha muerto, el lotero que lo encontró, casualmente  hermano del delegado de loterías en Galicia, ha sido juzgado por estafa y/o intento de apropiación indebida, y el dinero sigue en tierra de nadie, en ese limbo llamado “boleto premiado no reclamado”, y que sigue depositado en la caja fuerte de la central de la Sociedad Estatal Loterías y Apuestas del Estado en Madrid a la espera de un legítimo destinatario que tal vez nunca aparezca. Resulta o no resulta apasionante la ensalada de ingredientes de “Se busca millonario”.

Y es que el sueño de hacerse rico por azar es recurrente en nuestra sociedad. ¿Qué harías si te toca la lotería? Lo que sea, pero desde luego tapar muchos agujeros de la economía doméstica. E intentar que la cosa dure para toda la vida, porque no es fácil administrar una fortuna repentina. Y claro, que alguien la gane y no se entere, despierta la curiosidad, por no decir morbo y hasta una insana satisfacción de envidia no consumada. Y no tardan en brotar candidatos de las piedras. Más de cien, en este caso, reclamando lo que (no) era suyo, y que la policía rápidamente redujo a una docena. Y todo esto es lo que se cuenta y se ve en la serie. Con entrevistas a esos aspirantes a millonarios, a sus abogados, a los policías encargados del tema e incluso al alcalde de la Coruña. Y para que la cosa tenga cierto carácter visual e incluso pedagógico, la narración se desarrolla sobre un diorama urbano de la zona de los hechos. Y lo cierto es que, sin florituras ni requiebros innecesarios, la cosa funciona muy bien. Y además de lo sorprendente del caso, que no tiene desperdicio, podremos ver un auténtico muestrario de lo que las personas pueden llegar a hacer o a decir o a creer por dinero. 

Una interesante serie documental de Noemí Redondo y Susana López Raña.

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