Reseña de Steve Jobs, conversaciones con un visionario

Biopic del fundador de Apple

Hace 22 años Forrest Gump y su amigo el teniente “Bubba” Dan se forraban invirtiendo en una “empresa de fruta” cuyo logo era una manzana mordida. Por aquel entonces las hazañas empresariales de Steve Jobs ya eran merecedoras de formar parte de la historia del cine y también de los grandes magnates financieros. Y eso que aún no había impulsado lo que acabaría por ser la Pixar, que tampoco está nada mal, aunque no suela mencionarse – ignoro por qué- ni en documentales ni en las dos películas dedicadas hasta la fecha al fundador de Apple.

En cualquier caso, lo que está claro es que no le hizo ningún favor a la figura totémica de Steve Jobs que, precipitada y torpemente, Joshua Michael Stern estrenara un biopic sobre el personaje al poco de su fallecimiento, encarnado por un hierático y soso Ashton Kutchner, pues condenaban a la reiteración, y la posible indiferencia popular, cualquier otra iniciativa centrada en la vida y obra del magnate. Y no debería ser así, pues la que ahora se ha estrenado es producto de un trabajo mucho más concienzudo y contrastado, y realizado con el necesario reposo que permite observar y analizar las cosas desde la perspectiva del tiempo por una nómina artística infinitamente más interesante y capaz, tanto detrás como frente a las cámaras, empezando por el imprescindible Aaron Sorkin a los mandos del guion, siguiendo por el a menudo notable Danny Boyle en la dirección, y el actor más completo del momento, el carismático Michael Fassbender, que con un solo gesto deja en evidencia la artrítica interpretación de Kutchner.

Con la habitual dinámica talk and walk, insuflada desde el papel por Sorkin – no es difícil identificar el inquieto estilo narrativo con el de La red social o la televisiva El ala oeste de la Casablanca -, la película se estructura en tres grandes momentos entre bastidores, antes de sendas presentaciones emblemáticas de la marca en el mercado tecnológico, las del Mackintosh, el Next y el iMac. Cada una de las etapas con una estética diferente acorde a la época. Todas ellas intensas y vehiculadas por los diálogos que mantienen los protagonistas, siempre tensos, siempre crispados, siempre lúcidos, sirviendo de retrato tanto de un mercado, como de un genio y del equipo que hizo posible su genialidad. Fabuloso el conjunto. Emotivo, lo justo y necesario. Riguroso como biopic, sin endiosar al personaje con un engolado panegírico, sino bajándolo al terreno humano y por ende haciéndolo tan creíble y admirable como discutible en su visionaria personalidad. Y sobre todo, un film muy entretenido e interesante tanto para fans como para neófitos del terreno transitado.

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