¿Qué es, quién lo padece y cómo evitar el síndrome postvacacional?

No está considerado como una enfermedad, pero en cambio su existencia es un hecho y afecta a la salud. El síndrome postvacacional es un estado de malestar genérico provocado por las dificultades para volver a adaptarse al trabajo después de las vacaciones.

Esta vuelta a la rutina laboral tras un periodo vacacional puede provocar problemas tanto físicos como psicológicos en los trabajadores que se reincorporan, y son las más vulnerables aquellas personas que tienen algún tipo de problema en el trabajo, ya sea de insatisfacción o de falta de motivación.

Este síndrome o depresión posterior a las vacaciones suele manifestarse en forma de ansiedad o stress, y sus síntomas más habituales son el cansancio generalizado y dolor muscular, falta de apetito, dificultades para concentrarse en las tareas profesionales  y el insomnio. Aunque también puede haber secuelas psicológicas tales como irritabilidad, tristeza o desmotivación.

Como se apuntaba más arriba, el síndrome postvacacional no está prescrito y, de hecho, no existe consenso en la sociedad científica sobre la definición exacta del mismo o la existencia real de este. Y lo cierto es que, aunque se reconoce como problema de salud en el ámbito laboral, son pocos los casos en que se precisa la intervención profesional, ya sea médico o psicológico.

Síndrome postvacacional: Dificultades para adaptarse a la rutina laboral tras las vacaciones.

Prevención

Lo que se aconseja para evitar este problema es la prevención. Y es que para superar las molestias derivadas de esta mala adaptación al cambio de vida que supone pasar de las vacaciones a la vida laboral, se recomienda seguir algunas pautas.

Es conveniente no volver de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo, sino un par de días antes, para prepararnos física y mentalmente para el retorno a la actividad laboral. No empezar la actividad de modo brusco e intenso, sino que es beneficioso permitirse un tiempo para compartir las experiencias vacacionales con los compañeros y así crear un buen ambiente de inicio laboral. Y no dedicar nuestros primeros esfuerzos a las tareas más duras o que menos nos gustan. Mejor un inicio amable que nos permita evitar la negatividad con una actitud optimista, positiva.

Algunas veces, al volver de las vacaciones comprobamos que se ha acumulado trabajo; pues bien, hay que evitar la poco recomendable tentación de llevarse trabajo a casa. En casa hay que descansar, ir adaptándose a la nueva rutina, disfrutar de la cotidianeidad y de nuestra intimidad, y descansar adecuadamente. Es importante dormir con regularidad y el tiempo suficiente.

Por otro lado, los expertos en salud laboral aconsejan repartir las vacaciones a lo largo de todo el año. Es bueno poder hacer paréntesis, y además se evita la negatividad de saber que ya no se tienen más vacaciones hasta el año que viene, lo cual puede resultar deprimente.

También es bueno mantener alguna afición durante todo el año, de manera que nos permita desconectar; y hacer algo de deporte. Ni no es el caso, al menos practicar ejercicio físico moderado, y si es posible a diario. No hay que ser un deportista para caminar, por ejemplo.

En algunos estudios se establecen paralelismos entre el síndrome postvacacional y la vuelta al cole infantil, ya que pueden darse cuadros de ansiedad semejantes tras el largo periodo de inactividad laboral o lectiva. No obstante, no pueden compararse más allá del enunciado básico, pues los estudiantes se adaptan con mayor facilidad. Su espacio para el ocio y el entretenimiento es muy superior al de los adultos.

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