Cuando casi se nos había olvidado, la prima de riesgo vuelve a acaparar titulares en la prensa, y si algo aprendimos hace ahora una década es que eso nunca es una buena noticia para la economía de un país. Pero, ¿qué es exactamente la prima de riesgo?
La prima de riesgo es el sobrecoste en la financiación que asume un país cuando acude a los mercados internacionales a buscar dinero con respecto al bono alemán a diez años, ya que la alemana es la economía más potente de Europa.
Y es que los países deben acudir a los mercados para pedir prestado, porque con sus ingresos ordinarios, que suelen venir principalmente de los impuestos, no tienen suficiente para cubrir sus gastos previstos. Así, cuando piden dinero han de pagar intereses en los mercados internacionales a los países que se lo prestan. Y la prima de riesgo es la diferencia entre el interés que paga el país que pide, y que depende de su situación económica y el riesgo que ello suponga para la futura devolución del préstamo, y el interés del país con menor riesgo debido a su solvencia, que como hemos dicho es Alemania.
A junio de 2022, la prima de riesgo de España ha sido de 110 puntos básicos. Y eso significa, en tipo de interés porcentual, que España paga aproximadamente un 1,1% más cuando pide dinero en los mercados internacionales que Alemania.
Cuanto menor sea la prima de riesgo, mayor será la fortaleza económica del país. En cambio, si la prima de riesgo crece, los primeros afectados son los bancos dependientes del estado, pero poco a poco las consecuencias alcanzan a las empresas, los fondos de inversión y finalmente a las economías domésticas, ya que las tasas de interés más elevadas acaban por socavar también el poder adquisitivo de las familias. Y eso hará que los gobiernos no puedan recaudar tantos impuestos, ya que la gente no puede asumirlos, y se entra en un círculo vicioso, pues el Estado tendrá menos ingresos y deberá pedir prestado, cada vez más caro. Y así la prima de riesgo sigue subiendo, hasta los casos extremos en que un país necesite ser rescatado económicamente por la Unión Europea, en el caso de nuestro entorno.
Además, el desplome de una economía nacional hace que invertir en el país desde el extranjero sea menos atractivo, lo cual no hace sino ahondar en la crisis. Y todo ello deriva en menor empleo y un panorama económico desolador.
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