Las 5 reglas de oro para la correcta gestión de un presupuesto familiar
Manejar nuestra economía de manera inadecuada suele desembocar en problemas financieros, que en el entorno cotidiano a menudo se resume con la frase “no llegar a final de mes”. Y para evitarlo no hay mejor herramienta que confeccionar y gestionar un presupuesto familiar ajustado a nuestra realidad económica.
La condición indispensable para la gestión de un presupuesto familiar no es otra que ser responsable. Y eso implica llevar las cuentas al día, prever los gastos, anticiparse a épocas difíciles, no gastar el dinero sobrante de la cuenta y proteger los ahorros. Es decir, las 5 reglas de oro de una gestión correcta y razonable.
Cómo se elabora un presupuesto familiar
La elaboración de un presupuesto familiar consiste en llevar un control sobre los gastos y los ingresos. Es decir, llevar las cuentas al día. La primera regla fundamental para gestionar la economía doméstica. Y dicho control conviene llevarlo de forma ordenada. Por ejemplo, anotando todos los movimientos que se produzcan en su cuenta bancaria, y que recibirán en forma de extractos mensuales enviados por su banco. En los casos en que no se recibe toda la información deseada, puede recurrirse a la consulta de las operaciones a través de las diferentes herramientas que las entidades bancarias ponen a su disposición: atención al cliente, zona del cliente en la web del banco o servicios de información de la propia entidad.
Prever los gastos
La segunda regla de oro es prever los gastos, y la mejor manera de conseguirlo es llevar el presupuesto familiar al día. Si tenemos anotados los días en que se nos pasan las facturas fijas a la cuenta, podremos anticiparnos y garantizar que hay saldo para satisfacerlas. Esto es importante, pues en caso de no haber dinero para efectuar el pago, el banco puede devolver la factura y esto generaría recargos que encarecen el gasto previsto.
Una opción, en caso de necesidad, puede ser solicitar a algunas empresas que ciertos cobros se efectúen en las fechas que nos interesen para garantizar el saldo. No obstante, esto puede traducirse en un coste adicional, según el servicio afectado.
Anticiparse a las épocas difíciles, normalmente marcadas por imprevistos, es la tercera regla, directamente relacionada con la cuarta, que aconseja no gastarse el dinero sobrante del mes anterior, en caso de haberlo, pues puede ser necesario para afrontar esos momentos inesperados de estrechez económica. Y por último, en quinto lugar, proteger los ahorros. Prevención de nuevo, pero a largo plazo. El ahorro con vistas a la jubilación o la contratación de un seguro de vida es más que recomendable. Ingresar pequeñas cantidades en una cuenta ahorro es aconsejable y puede ser un colchón importante para los malos momentos.
Para qué sirve un presupuesto familiar
Con todo lo dicho, parece estar claro para qué se aconseja hacer y gestionar un presupuesto familiar. Pero lo cierto es que no se trata solo de llevar un control de nuestra economía doméstica. Hay más razones. Y es que al llevar todas las cuentas al día se puede ver en qué gastamos el dinero, y saber así qué gasto podemos priorizar, reducir o eliminar. O sea, se puede saber con detalle a dónde va nuestro dinero. Y será ese mismo control el que nos haga evitar un derroche del que a veces no somos conscientes.
Para cualquier plan o proyecto es necesario conocer de forma fiable cual es la situación de la economía familiar. Ya sea para acumular un cierto colchón de tranquilidad financiera, sin un destino determinado, o para crear ese pequeño fondo de emergencia para gastos inesperados. Pero también, por qué no, para reunir el dinero suficiente para ese capricho tan largamente esperado.