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¿Por qué el decrecimiento?

Hay libros que filosofan, otros que analizan. Los hay que ficcionan o parodian o critican. Hay otros que pontifican, que distorsionan o que frivolizan. Y si es de la crisis económica global de lo que hablamos, entonces los ejemplos son infinitos, y cada uno de ellos con su particular enfoque y su intransferible visión de las cosas. Y es que la depresión nos ha afectado a todos, y cada uno tiene su versión de los hechos y una idea más o menos fundamentada de cómo salir de ella y como sobrevivir a la debacle. Y Carlos Taibo, autor de ¿Por qué el decrecimiento? (Los libros del lince, 2014), no solo no es una excepción sino que propone una teoría tan diferente como lúcida, pues tal vez no se trate de buscar una salida de la crisis, sino del capitalismo. Una tesis que subyace en su libro, y que ha removido a más de un teórico de la turbulenta socio-economía actual.

Por que el decrecimiento

Y es que Carlos Taibo (Madrid, 1956), profesor de Ciencia Política y de la Administración en la Universidad Autónoma de Madrid, y escritor con cerca de 40 libros publicados, es la figura más destacada en España de lo que se ha dado en llamar Teoría del Decrecimiento. Una corriente que postula una premisa tan austera como a simple vista factible, pero contradictoria con el estilo de vida instalado en la sociedad capitalista actual, y que no es otra que: “Vivir mejor con menos”. Y es que “frente al colapso del capitalismo, el decrecimiento ofrece una alternativa: no tanto crecimiento en riqueza y más crecimiento en valores humanos y calidad de vida real”. Esta es la leyenda que resume esta obra, que en el subtítulo reza: “Un ensayo sobre la antesala del colapso”.

Taibo rechaza en su libro el incremento del PIB de un país como medida de la evolución del bienestar de sus ciudadanos y critica la obsesión de políticos y economistas por el crecimiento de éste a toda costa. Y por el contrario defiende una postura, enfrentada a la lógica actual argumentada por los poderes fácticos, que consiste en oponerse a la idea del desarrollo sostenible. Así, contempla la proximidad de un colapso de la economía global provocado por el agotamiento de recursos energéticos, el deterioro del medio ambiente y la cada vez mayor presión demográfica. No por ello cae en el pesimismo gratuito y propone, además de una reducción de la actividad económica, una recuperación de hábitos de vida, relaciones sociales y valores basados en principios diferentes a los actuales. Se trata de hacer de esta posible situación, a priori complicada, el punto de partida para un nuevo modo de vida más feliz y menos dependiente del crecimiento económico y el desarrollo industrial. ¿Utópico? Tal vez. O no.

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