Cómo funciona un plan de pensiones
Hay que ser previsor y planear nuestro futuro. Tardará más o menos en llegar, pero tarde o temprano será hora de jubilarse, y quizás la pensión no nos baste para mantener el nivel de vida deseado. Y la mejor manera de paliar ese problema económico llegado el caso es tener un buen plan de pensiones. Veamos qué es y cómo funciona.
Qué es un plan de pensiones
Un plan de pensiones es un producto financiero de ahorro a largo plazo para poder disponer del dinero en forma de capital o de rentas en la jubilación, y sumarlo así a nuestros ingresos como pensionistas.
Los planes de pensiones se basan en las aportaciones económicas, periódicas o puntuales, que realiza el titular que lo ha contratado a lo largo de su vida laboral. Unas cantidades que son invertidas por los gestores del plan, siguiendo unos criterios de rentabilidad y riesgo previamente establecidos en la política de inversión del plan, y que son aceptados por las partes en el momento de la firma y contratación.
Por lo tanto, al llegar la edad de la jubilación, el beneficiario del plan de pensiones lo rescatará para obtener una cantidad de dinero en base a las aportaciones realizadas durante los años de vigencia del plan y la rentabilidad obtenida.
Cuánto se puede aportar a un plan de pensiones
Aunque se trata de nuestro dinero y nuestras previsiones de futuro, no podemos aportar lo que queramos a un plan de pensiones. El máximo que se puede aportar es de 1.500 euros anuales.
Por otra parte, también existe un límite de 1.000 euros anuales a aquellas personas que hagan aportaciones al plan de pensiones de su cónyuge. Siempre y cuando el cónyuge no obtenga rendimientos netos del trabajo ni de actividades económicas superiores a 8.000 euros anuales.
En los casos en que el titular del plan de pensiones sea una persona con una discapacidad física o psíquica reconocida, que sea igual o superior al 65%, el límite máximo anual se incrementa hasta los 24.250 euros anuales. Y esa cantidad incluye las aportaciones realizadas en su favor por terceras personas, que no podrán superar los 10.000 euros anuales.
Tipos de planes de pensiones
No existe un solo tipo de plan de pensiones, ya que dependerá de quién gestiona dicho plan y quién realiza las aportaciones económicas periódicas. Veamos cuáles son.
Plan de pensiones individual
Los planes de pensiones individuales son los más comunes. De hecho, es lo que habitualmente el ciudadano entiende por plan de pensiones como producto financiero de ahorro para el futuro. Y son aquellos que se pueden contratar en bancos, aseguradoras y gestoras de forma particular. En este tipo de plan de pensiones somos nosotros mismos los que hacemos aportaciones económicas a nuestro plan de ahorro.
Plan por empleo
La particularidad de los planes de pensiones por empleo es que no es el trabajador, sino la empresa la que promueve el plan de pensiones para sus empleados. De hecho, las aportaciones al plan puede hacerlas la propia empresa o según una fórmula mixta entre el trabajador y la empresa.
Planes de pensiones asociados
Un tercer tipo de plan de pensiones es el asociado. Son aquellos que promueven sindicatos, asociaciones, mutualidades o colegios profesionales. Los partícipes deben ser asociados, miembros o afiliados de la organización promotora.
Al igual que ocurre con el resto de las modalidades de planes de pensiones, los asociados son un instrumento de ahorro a largo plazo, con una fiscalidad muy favorable, y el objeto de proporcionar un complemento a la pensión de jubilación de la Seguridad Social. Y por lo tanto, cubren las contingencias de Jubilación, Invalidez, Fallecimiento y Dependencia, siempre que así este establecido en las especificaciones del plan suscrito.
Fiscalidad de los planes de pensiones
La desgravación en la renta de un plan de pensiones es una de las principales ventajas de este producto de ahorro. Y es que las aportaciones de planes de pensiones reducen la base imponible general de la declaración de la Renta, con unos límites, y como consecuencia de ello, se pagan menos impuestos al reducir el importe de ingresos a declarar.
Por otra parte, los planes de pensiones también son especiales al recuperar el dinero aportado durante años. La ventaja fiscal que tienen durante las aportaciones hace que los impuestos que se pagan al rescatarlos sean diferentes a los del resto de alternativas de inversión. Al cobrar el dinero ahorrado, éste tributa dentro de las rentas del trabajo. Y, por tanto, se suma a otros rendimientos, como tu salario o la pensión pública, y no como ahorro.