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Pequeñas ideas para ahorrar a diario (II)

Coincidiendo con la semana del Día mundial del ahorro, seguimos con nuestros consejos para reducir gastos y ajustarlos a la capacidad de nuestro bolsillo. Algo que a veces no conseguimos por puro despiste, falta de atención o de organización. Veamos algunas ideas para ahorrar en el hogar esos céntimos que se convierten en euros y a final de mes son como una bendición.

Hay que guardar todas las facturas. No solo las de los electrodomésticos más grandes. Casi todos los aparatos electrónicos o mecánicos disponen de una garantía, por baratos que sean, y si se estropean la vamos a necesitar para poder arreglarlos sin coste alguno. Precisamente, cuanto más barato sea el artículo más probable será que necesitemos la factura o el tique, que a menudo será a su vez la garantía.

Todos tenemos muchos aparatos enchufados a la red eléctrica. Es habitual ver como todos los enchufes de una casa están ocupados. Pues bien, lo más práctico y económico es que a la toma de pared enchufemos una regleta múltiple que distribuya la energía a cuantos aparatos la necesiten. De este modo, al apagar la regleta desde su interruptor único desconectaremos todos los aparatos que dejarán de consumir electricidad y, por tanto, de gastar. Si cada uno está enchufado por su cuenta, aunque se aparentemente apaguen, se quedan en stand by, y se mantiene el conocido como consumo fantasma, que se paga innecesariamente y sale caro.

ahorrar a diario

Quienes tengan mascotas me entenderán. La comida de los perros, por ejemplo, puede salir bastante cara. Y si se les educa a base de premios, las galletitas a veces valen más que las humanas. Eso por no hablar de los complementos. Esos caprichos que convierten el animal en uno más de la familia. Pero sin renunciar a nada de todo esto, el presupuesto puede reducirse mucho si se vuelve a la dinámica de toda la vida, que además los perros agradecerán. No hay galleta mejor para el can que el pan duro que sobró el día anterior. Y las sobras de nuestras comidas, que se van directas a la basura, son un manjar para ellos (cuidado con huesos de pollo, espinas y otros productos). Lo disfrutarán más que el pienso, que puede ser un complemento a los restos de nuestro menú si resulta escaso. Un complemento que puede comprarse a granel, y mucho más barato que en bolsas comerciales, sin por ello tener que renunciar a la calidad del producto.

Por otra parte, ninguna mascota prefiere una aséptica cama de espuma recién llegada de una tienda antes que una vieja manta, o un jersey antiguo y condenado que su dueño ya no va a utilizar.

Y puestos a seguir aprovechando los recursos domésticos que nos parecían desechables, quien tenga chimenea debe saber que para avivar el fuego, o simplemente para prenderlo, no hay nada mejor que las cáscaras de frutos secos. Si tienen pistachos, almendras o pipas, su chimenea no tendrá problema alguno para calentar el hogar. Vayan acumulándolas hasta el momento indicado y se ahorrarán teas, ramitas o productos combustibles pensados para encender hogares.

A la hora de la compra, la colectividad es siempre más económica que el individualismo. Una estrategia muy práctica es  ponerse de acuerdo con amigos o vecinos y hacer compras grandes o a granel, que siempre permiten negociar mejores precios.

Por último, recordar que una inversión en mantenimiento es siempre una inversión en ahorro. Más vale cuidar el horno, la caldera, el termo o el coche que tener que repararlo cuando ya es demasiado tarde. Son muchos poquitos que siempre suman menos que la factura de una fractura.

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