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Nuevos hábitos de ahorro para empezar bien el año

En plena cuesta de enero, en vez de lamentarse, una actitud positiva sería replantearse nuestra economía cotidiana y buscar nuevos hábitos de ahorro para empezar el año de la mejor manera. Ahí van algunos consejos en este sentido.

La mejor manera de ahorrar es mejorar los hábitos de gasto.

Para empezar una advertencia muy útil para esta época de rebajas. Las prisas nunca son buenas. Comprar por impulso o porque los productos están en oferta suele ser un error que sale caro. Lo esencial es elaborar un presupuesto en función de nuestras posibilidades y una lista de necesidades. Si no lo necesitas, aunque sea barato, será un dinero gastado sin motivo.

Para evitar las sorpresas es una buena idea prorratear los gastos anuales. Por ejemplo los seguros, que se pagan de una sola vez y cuando nos llega el cargo suele pillarnos por sorpresa. Lo suyo es saber cuánto sería al mes ese gasto, de modo que podamos calcular cuánto hay que ahorrar mensualmente para hacer frente al pago cuando llegue sin trastornos. Aunque hay otro concepto parecido que es el de hacerse un fondo de emergencia, que nos aportará tranquilidad de cara a los posibles imprevistos. Sabemos que las sorpresas seguirán siendo caras, pero podremos asumirlas.

Uno de los hábitos que más dinero pueden ahorrarnos es el de la anticipación. Comprar según qué productos o servicios con antelación suele ser una magnífica estrategia desde el punto de vista del ahorro.

Contabilízate

Una buena estrategia es contabilizarte a ti mismo como gasto. Es decir, una vez hayas cuantificado los gastos fijos anuales, inclúyete a ti mismo. Reserva para ti mismo una parte de tu salario. Es la manera de no pasarte del presupuesto sin tener que renunciar a ciertos caprichos o inversión en ocio.

La gente suele comparar precios en rebajas (y hay que hacerlo), pero por qué no el resto del año. Comparar los precios de los productos que compras de manera habitual y establecer ciertas rutinas de compra y fidelidad a tus establecimientos de referencia puede ahorrarte una cantidad significativa de dinero.

Sin entrar en cuestiones medioambientales (que no por ello dejan de ser importantes), lo cierto es que el transporte público nos puede ahorrar bastante dinero. Es más barato que los parkings y que el ORA; y desde luego más cómodo a la hora de (no) aparcar.

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