Más vale prevenir que pagar: el mantenimiento es ahorro
En el hogar, por ejemplo, y según advierten las estadísticas de las asociaciones de defensa del consumidor, la mayoría de los fallos en los electrodomésticos se producen por su mala instalación.
Cometemos errores, a veces muy básicos, que damos por bueno sin ni siquiera ser conscientes de ello. Por ejemplo, es muy habitual, y una mala idea, utilizar las denominadas tomas múltiples de corriente. Esas regletas donde se conectan infinidad de aparatos en el mismo punto. Esta práctica produce calentamientos y aumenta el riesgo de avería.
Es también muy importante para evitar averías la correcta ubicación física de los aparatos eléctricos. Lo contrario puede llegar a producir múltiples complicaciones y un mal funcionamiento de los mismos.
Tener un buen cuadro eléctrico en la vivienda es otra de las prevenciones básicas para evitar problemas y, a la larga, gastos innecesarios. Sale caro intentar alargar la vida de antiguas instalaciones para no asumir el coste que supone el cambio. Individualizar los circuitos, el del alumbrado y el de los enchufes, es una garantía de buen funcionamiento y seguridad.
Es muy conveniente revisar todo el cableado de la casa, y comprobar que está en buen estado. Y renovarlo de no ser así. Es barato y evita disgustos. También es muy recomendable que todos los enchufes de la vivienda sean de 16 amperios.
Pero recuerda siempre que intentar ahorrar en exceso también puede salirte caro. De modo que, si quieres llevar a cabo alguna remodelación o modernización de tus instalaciones, lo mejor es que acudas a un experto cualificado. Te informará del estado actual de tu instalación y te asesorará sobre si el circuito antiguo es compatible con el funcionamiento de nuevos electrodomésticos. En caso de no serlo también sería una fuente inagotable de problemas.
Este mantenimiento doméstico debe extenderse igualmente a otros ámbitos del hogar como el de la fontanería, por ejemplo. Es importante revisar periódicamente las cañerías para evitar fugas o atascos. También aquí es mejor prevenir que pagar. Las calcificaciones son otra complicación que puede evitarse con un buen mantenimiento. Hay productos que utilizados con regularidad evitan las obturaciones por acumulación de cal.
Y por último los vehículos, que no pertenecen al hogar, pero igualmente forman parte de nuestra vida cotidiana. Mantenerlos en buen estado nos evitara muchos problemas que pueden derivar en gastos que nos podríamos haber ahorrado. A menudo no basta la revisión obligatoria para tener el coche o la moto a punto. No están demás las periódicas, y tener en buen estado los recambios elementales (bujías, bombillas, ruedas de repuesto…).