Luces y sombras de la nueva ley de bienestar animal
Uno de los puntos que han suscitado dudas es que la ley establecerá un “listado positivo” de los animales que puedan ser considerados mascotas, y los que no estén en el mismo serán una tenencia ilegal para sus propietarios. Una lista aún no publicada, y que en principio no será retroactiva cuando se haga pública. O sea, los dueños de mascotas “prohibidas” podrán conservarlas, pero no adquirir más.
La nueva ley marca que los animales domésticos “deberán poder mantenerse adecuadamente en cautividad y los cerramientos o alojamientos donde vivan o estén albergados deberán reunir condiciones para que puedan desarrollar adecuadamente sus necesidades fisiológicas, etológicas y ecológicas básicas”. Los perros y los gatos, que son los más habituales, no podrán tenerse de forma permanente a la intemperie, ya sea en patios o en balcones y terrazas que queden expuestos a la lluvia y la nieve, o en los cuales no tengan espacios donde resguardarse, para evitar golpes de calor en verano e hipotermia en invierno. Algo que parece razonable.
Se establece también un periodo máximo de falta de atención, superado el cual el propietario puede ser sancionado o incluso puede perder la custodia del animal. Tres días para los gatos y 24 horas para los perros. Siempre los domésticos.
Cursos y test de sociabilidad
Todos los propietarios de perros deberán hacer un curso. Deberán pasarlo todas las personas que deseen tener un perro, mientras que aquellos que ya tengan uno o más tendrán un plazo de dos años para hacer el curso. Será gratuito y una vez superado es para siempre. Además será online, aunque no se ha definido aún su contenido.
Las razas potencialmente peligrosas quieren ser substituidas mediante exámenes individualizados de cada perro. Serán los test de sociabilidad, que servirán para calificar el grado de riesgo social de cada animal. Y todos los propietarios deberán contratar un seguro de responsabilidad civil frente a terceros.
La ley supondrá el fin de las tiendas de mascotas en lo referente a perros, gatos y hurones. Solo podrán vender peces, roedores y pájaros. Si se quiere comprar un perro o un gato habrá que dirigirse a criadores con licencia profesional. La crían a nivel particular será ilegal.
Las multas por incumplimiento de la ley se dividirán en tres tramos: infracciones leves, cuyo importe irá de 500 a 10.000 euros; graves, entre 10.001 y 50.000 euros; y muy graves, entre 50.001 y 200.000 euros. Además, cualquier infracción que comporte sufrimiento del animal será susceptible de ser penada con la inhabilitación de hasta 10 años; y en caso de muerte, pena de cárcel de entre 18 meses y 3 años.