Los regalos en efectivo pueden costar dinero al beneficiario si se convierten en donación
Regalar dinero siempre ha sido una opción. No es el regalo más personal, pero a menudo sí el más práctico. Lo que ocurre es que los regalos de dinero en efectivo tienen un límite impuesto por Hacienda, que rastreará ese tipo de presentes económicos y, a partir de cierta cantidad, puede considerarlos una donación, por lo que implicará el pago de impuestos. De modo que regalar dinero puede costarle caro al beneficiario.
Una donación consiste en dar algo a una persona sin necesidad de recibir una contraprestación. Pero Hacienda tiene su propia versión de la definición, y aunque yo soy libre de dar, quien recibe es libre de aceptar, siempre y cuando pague sus impuestos de sucesiones y donaciones en los casos en que la Agencia Tributaria así lo considere. Casos que dependerán de la cantidad donada y el grado de parentesco.
Tres mil euros
Pero ¿cuál es el límite económico que marca la diferencia entre regalo y donación? Pues la cantidad es de 3.000€. O al menos en la práctica, pues las entidades bancarias están obligadas a avisar a Hacienda cuando se producen movimientos o ingresos de dinero no justificados en una cuenta corriente, y la cantidad límite para hacerlo suelen ser estos 3.000 euros.
Aunque no solo esas operaciones deben ser reportadas a la Agencia Tributaria. Por ejemplo, también hay que dar aviso de las operaciones realizadas con billetes de 500 euros, así como todas las transacciones cuyo importe sea igual o superior a 10.000 euros.
Hacienda debe ser informada tanto de las posibles operaciones realizadas en metálico como aquellas que se llevan a cabo mediante transferencias bancarias.
Todos los regalos o donaciones que se realizan fuera de los circuitos financieros oficiales, es decir, de mano a bolsillo, forman parte de la economía sumergida, por lo que no están regulado y no son transacciones legales.