Los españoles de los más pesimistas de Europa respecto a la recuperación económica post COVID
Parece ser que ya nos hemos puesto casi todos de acuerdo (hablamos más de países que de ciudadanos) a la hora de considerar que la nueva normalidad y la senda de la recuperación económica son ya una realidad, después de un año y medio de insólita crisis internacional a causa de la pandemia de la COVID-19. Pero no todo el mundo está convencido por igual. De hecho, según un estudio de Ipsos junto al Foro Económico Mundial, los españoles somos de los más pesimistas en Europa en este sentido.
Casi la mitad de la población española (47%), según la encuesta, piensa que la economía del país tardará más de tres años en recuperarse, seguido de un 36% que piensa que llegará en dos años. Solo en Rumanía son más pesimistas que en nuestro país.
De media, el 39% de los ciudadanos de los 29 países consultados piensa que la economía de su país tardará más de tres años en recuperarse, mientras que el 35% cree que será en dos años.
Desconfianza en el Gobierno
Otro de los datos de interés que se desprenden de este estudio es el nivel de confianza que tienen los ciudadanos en los diferentes actores o sectores para liderar la recuperación, y en este sentido España es de los países que menos confía en su gobierno para hacerlo. Una opción que lidera las listas de confianza en la mayoría de países. En cambio, en el nuestro, la esperanza para la recuperación económica la depositamos en el pequeño comercio, siendo en este sentido los que más confiamos en este sector, seguidos por Italia y Francia.
El segundo lugar en este ranquin, los españoles se lo conceden a las grandes empresas, seguidas por los consumidores y en cuarto lugar el Gobierno, que no goza de mucha confianza. Solo las ONGs se sitúan por detrás en cuanto al protagonismo que les otorgamos para la recuperación económica del país.
En cuanto a los indicadores que permiten intuir la recuperación económica del país, la ciudadanía española piensa que el principal es la apertura de nuevos negocios, seguido por el hecho de haber detectado que llaman a gente conocida para volver a trabajar o que han conseguido un nuevo empleo. Así como el incremento del turismo, también considerado como un buen indicio económico.