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6 Lecciones básicas para invertir en bolsa

La bolsa es un mercado de inversiones abierto a todo el mundo. Cualquiera puede comprar o vender acciones. Pero conviene saber hacerlo para no exponerse demasiado económicamente, pues puede ser un mercado muy volátil. Por ello, aquí les proponemos algunas lecciones básicas para invertir en bolsa.

Asesoramiento profesional

Antes de aventurarse en el mercado bursátil y atreverse a invertir, e incluso antes de atender a nuestros consejos, lo más conveniente es siempre dejarse asesorar por un profesional financiero o por el gestor que habitualmente supervisa nuestra economía. Y de hecho, una vez que se hayan informado e interiorizado algunos de los conceptos financieros, y hasta cuando se hayan familiarizado con la mecánica inversora del mercado bursátil, sigue siendo una medida prudente invertir de la mano de un profesional financiero de confianza.

Dicho esto, se puede invertir a corto, medio y/o largo plazo, pero ¿cuáles son las ventajas e inconvenientes si invertimos nuestro dinero en cada plazo?, ¿cómo escogemos la compañía o el producto para invertir?, ¿cómo y cuándo vender nuestras acciones? Entremos en materia con algunas lecciones básicas para invertir en bolsa.

Lecciones básicas para invertir en bolsa

1. No invertir dinero que vayamos a necesitar

La primera lección es no invertir dinero que vayamos a necesitar a corto plazo. Debe ser dinero ahorrado que no tengamos comprometido para cubrir nuestros gastos. Hay que tener presente que si las acciones bajan y necesitamos el dinero, solo recogeremos pérdidas. Cuando baja el precio de nuestras acciones, hay que esperar a que suban para obtener beneficios o recuperar nuestro capital.

La bolsa es volátil y los mercados pueden fluctuar de manera impredecible. Si invertimos dinero que podríamos necesitar para un gasto urgente, corremos el riesgo de vender en el peor momento. La paciencia es clave en la inversión bursátil.

2. Informarse sobre la compañía y el mercado

Antes de invertir, hay que informarse con rigor sobre las cifras de la compañía elegida. Saber a qué se dedica, cuál es la coyuntura económica del sector al que pertenece, cuál es la facturación de la compañía, cuáles son las tendencias del mercado e incluso la situación de la competencia. Toda esta información permite tomar decisiones argumentadas. Se puede optar por invertir en compañías muy sólidas que presentan menos riesgo o apostar por empresas menos conocidas, que pueden convertirse en una inversión interesante a largo plazo.

Los estados financieros de una empresa son una fuente clave de información. Es recomendable revisar indicadores como el beneficio neto, el endeudamiento, la rentabilidad sobre el patrimonio (ROE) y otros datos que ayuden a evaluar su salud financiera. Además, seguir las noticias económicas y los informes de analistas puede ser de gran utilidad.

3. Elegir la estrategia de inversión adecuada

Una vez hemos reunido toda la información necesaria, sabremos qué hacer, y en ese momento puede descartarse la compra de acciones o, por el contrario, invertir a corto, medio o largo plazo. Diversos estudios demuestran que la inversión por encima de diez años es el activo más rentable, siempre que las empresas crezcan. Por tanto, hay que aprender a ser paciente.

Existen diferentes estrategias de inversión, como el value investing (invertir en empresas infravaloradas con buen potencial de crecimiento), el growth investing (apostar por compañías con alto potencial de crecimiento aunque con valoraciones más altas) o la inversión en dividendos (buscar empresas que repartan parte de sus beneficios de forma recurrente a los accionistas). Es importante elegir una estrategia que se adapte a nuestras necesidades y perfil de riesgo.

4. No dejarse llevar por los rumores

Los rumores son un riesgo continuo. La información bursátil es muy fluctuante y hay que saber interpretarla. Hay que ser prudente. Hay que saber interpretar y contrastar las informaciones financieras. Y saber utilizarlas en favor de nuestros intereses comprando o vendiendo acciones en los momentos favorables.

Las redes sociales pueden amplificar información poco fiable, generando euforia o pánico entre los inversores. No hay que tomar decisiones basadas en titulares alarmistas o en consejos de fuentes dudosas. La mejor estrategia es basarse en análisis sólidos y mantener la calma ante la volatilidad del mercado.

5. Diversificar la inversión

Otra regla fundamental en bolsa es diversificar. No se debe poner todo el capital en una sola acción o sector. Una cartera diversificada permite mitigar riesgos, ya que las pérdidas de una inversión pueden ser compensadas por las ganancias de otra.

La diversificación puede hacerse a distintos niveles: sectores económicos, regiones geográficas o tipos de activos (acciones, bonos, fondos de inversión, etc.). De este modo, se reduce la exposición a la volatilidad de un solo mercado o empresa en particular.

6. Conocer la fiscalidad de la inversión

Por último, hay que conocer la fiscalidad de la transmisión de acciones. Siempre se debe declarar el patrimonio de la venta de los títulos a Hacienda, tanto si se traducen en ganancias como en pérdidas. En muchos países, las ganancias obtenidas en bolsa están sujetas a impuestos y, en algunos casos, se pueden compensar pérdidas para reducir la carga fiscal.

En España, por ejemplo, las ganancias patrimoniales tributan en la base del ahorro del IRPF con tipos progresivos. Es recomendable llevar un control de todas las operaciones realizadas y consultar con un asesor fiscal para optimizar la tributación.

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