La factura del agua también subirá en muchas ciudades en los próximos meses
El incremento de las facturas del gas y la electricidad, o el precio de los combustibles, es ya una noticia recurrente en los medios de comunicación de los últimos años. Pero hasta el momento no habíamos hablado de las tarifas del agua, que permanecían congeladas en la práctica totalidad del territorio nacional en la última década. Pero eso se acabó. La inflación por un lado y la sequía por otro han obligado a muchos ayuntamientos a anunciar una inminente subida en su precio. Y no será anecdótico, a tenor las informaciones compartidas por los consistorios con la opinión pública.
En Andalucía han sido los ayuntamientos de Sevilla y Málaga los primeros en anunciarlo, con subidas respectivas del 30% y 42% respectivamente, a consecuencia de la escasez hídrica, desde luego, pero también para afrontar las inversiones en el mantenimiento y mejora del suministro, según el alcalde malagueño.
Pero el problema no es solo del sur de España. El 70% del territorio nacional sufre estrés hídrico severo. Y por ello también la Generalitat de Cataluña aplicará una subida en el precio del agua que alcanzará el 33%, lo que supondrá un aumento medio de un euro mensual por persona, rompiendo así la congelación tarifaria que se prolongaba desde 2017. Y en Zaragoza también han anunciado incrementos en los precios. La tasa del agua subirá un 8’5% para compensar el incremento de los costes energéticos y el impacto de la falta de agua.
Consumo doméstico
Curiosamente, España es uno de los países de la Unión Europea con mayor nivel de consumo medio de agua por habitante, pero ese consumo se focaliza sobre todo en el sector agrario. En lo que se refiere al uso doméstico, que supone la mayor parte del consumo del agua urbana, España, de acuerdo con los datos manejados por la Asociación Española de Abastecimiento de Aguas y (AEAS), es uno de los territorios donde el consumo es menor. Entre 120 y 140 litros por persona al día.
En cualquier caso, y aunque ayuntamientos como Valencia o Madrid se oponen a la idea de incrementar el precio, parece inevitable que el aumento tarifario del consumo de agua se acabe aplicando progresivamente y a la larga en todo el país, de modo que conviene concienciarse y ponerse en modo ahorro, tanto por motivos económicos como por compromiso medioambiental.