«La economía del absurdo», del disparate a la lógica
Son innumerables los libros que ha inspirado la depresión económica. La han analizado desde todos los ángulos posibles. Se han buscado soluciones, señalado culpables, aconsejado salidas, elaborado teorías, etc.., pero hasta el momento nadie había dicho de ella lo que ahora Josep Burgaya asevera desde el mismo título de su trabajo; que se trataba de una economía del absurdo, y que por ello, porque no tenía lógica alguna, ni se basaba en premisas sostenibles ni en estrategias financieras factibles, solo podía fracasar y traducirse en la crisis global que ha asolado todos los mercados. Así lo explica, así lo critica y así lo denuncia; sobre todo para que sirva de advertencia y de enseñanza, y que no se cometan dos veces los mismos errores.
La codicia no puede ser un valor socialmente aceptable, como no lo puede ser el derroche de recursos o el individualismo más extremo. La recuperación de la economía no puede fundamentarse en un continuo crecimiento del consumo. Debe abordar los costes reales de la producción asumiendo los costes medioambientales; debe aceptar una visión más inclusiva, donde el bienestar colectivo esté por encima del enriquecimiento individual.
Estos y no otros son los planteamientos de este ensayo lúcido y crítico de Josep Burgaya sobre el mundo actual, en el que la falta de escrúpulos, la carencia del mínimo sentido moral y la ambición y la avaricia como valores supremos permiten explicar las prácticas que durante años se impusieron en el sector financiero, y que hincharon una burbuja especulativa que explotó y nos salpicó a todos en 2008. Ahora, el futuro pasa por romper con la economía del absurdo y devolver a los ciudadanos una economía basada en la justicia y en la lógica, y que evite paradojas como la que se destaca en el subtítulo del libro: Cuando comprar más barato contribuye a perder el trabajo.
Algo que ha sido propiciado por un mercado que ha diluido las ideologías, al tiempo que los pensadores del liberal-conservadurismo nos han prometido una apoteosis de riqueza en un mundo globalizado, sin fronteras y sin más reglas que la libre competencia. Y así, tenemos a nuestra disposición productos exageradamente baratos, pero nuestras rentas se reducen, el trabajo digno se vuelve escaso, perdemos seguridades y nos volvemos mucho más vulnerables, a merced de un sector financiero definitivamente independizado de cualquier control y desvinculado de la realidad.
El libro ha sido editado por Deusto Ediciones.
