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La controvertida tasa Covid para contrarrestar la crisis en los comercios

Muchos son los comercios que están aplicando ya la controvertida tasa COVID, que consiste en añadir un suplemento de alrededor de un euro (a veces más) al precio del servicio para compensar los gastos ocasionados por las medidas de prevención y el material higiénico obligatorio que deben suministrar éstos para cumplir la normativa. Un encarecimiento que algunos clientes consideran injusto, pues consideran que el coste no debe recaer sobre el consumidor.

La tasa COVID es un suplemento en el precio para compensarlos gastos en medidas de protección.

La medida no ha sido regulada hasta la fecha, y su aplicación depende de cada empresa, del mismo modo que éstas son las responsables de establecer sus precios. Eso sí, las asociaciones de consumidores advierten que sería ilegal cobrarlo sin informar previamente al consumidor o sin prestar realmente ese servicio que se factura. Aunque en realidad lo que deberían, aseguran desde FACUA, es ajustar los precios a las nuevas circunstancias, y si eso significa un incremento, será el cliente el que decidirá si lo acepta u opta por la oferta de otro establecimiento.

El recargo se justifica, según los comercios que han decidido aplicarlo, en el sobrecoste que significa para todo comercio tener que desinfectar constantemente, facilitar a los clientes geles hidroalcohólicos, separar algunos espacios con mamparas de metacrilato y haber tenido que adoptar algunas otras medidas higiénicas extras  con el consabido gasto. Además de los negocios de la restauración, donde más se están aplicando estos suplementos COVID es en peluquerías, clínicas dentales, talleres y zapaterías y tiendas de ropa.

Denunciar o solidarizarse

Desde FACUA recomiendan a todos los consumidores hacer una foto del ticket donde conste la aplicación de la tasa COVID, ya que lo consideran un recargo abusivo que puede denunciarse  ante la autoridad de protección al consumidor de la comunidad autónoma. Y es que según la asociación se trata de un recargo abusivo que atenta contra la Ley General para la Defensa de los Consumidores y Usuarios, donde se especifica que una cláusula abusiva es «la imposición al consumidor y usuario de bienes y servicios complementarios o accesorios no solicitados».

En cambio, también son muchos los clientes que consideran que es una medida surgida de una situación límite de crisis y se muestran comprensivos y solidarios con los comercios que han decidido aplicarla, por lo que no dudan en pagarla.

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