Hipoteca, o préstamo hipotecario, hasta que la cuota nos separe
Un préstamo hipotecario o hipoteca es un préstamo destinado a facilitar el acceso y adquisición de una vivienda por parte de una persona que no dispone de la cantidad necesaria para cubrir el coste total de la compra. Un préstamo que se concede a cambio del compromiso de devolver dicha cantidad, junto con los intereses correspondientes, mediante pagos periódicos o cuotas, generalmente mensuales. Así lo considera el Banco de España, que completa la explicación aclarando el “apellido” hipotecario, que se debe a que en este tipo de préstamos la entidad de crédito cuenta con una garantía especial para el recobro de la cantidad prestada: una hipoteca sobre un inmueble (una vivienda, por lo general) que suele ser propiedad del cliente. De modo que, en el caso de que la persona que ha recibido el dinero no pague su deuda, la entidad de crédito puede hacer que se venda el inmueble hipotecado con el fin de recuperar la cantidad que el cliente haya dejado pendiente de pago.
Comprar una vivienda es una de las decisiones más importantes en la vida de las personas, ya que suele vincularse a un gran esfuerzo económico, que generalmente habrá que soportarse a lo largo de muchos años. Y precisamente esas son las dos principales características de una hipoteca, según el propio Banco de España: “suele ser de importe elevado y tener una larga duración, por lo que es un compromiso financiero importante, tanto para el presente como (y sobre todo) para el futuro”.
Un préstamo hipotecario, como su nombre indica, está integrado por dos elementos: un contrato principal de préstamo, por el que una entidad presta una cantidad de dinero a una persona o sociedad; y la hipoteca, que es la garantía que el comprador de vivienda proporciona a la entidad financiera que le presta el dinero.
El importe de una hipoteca, es decir, el dinero que un banco entrega al solicitante, dependerá de dos factores. El valor de tasación de la vivienda, que sirve como referencia para saber si el precio pactado se ajusta o no a los valores de mercado – de la tasación del inmueble se encargan las Sociedades de Tasación Autorizadas que son empresas independientes acreditadas e inscritas en un registro regulado por el Banco de España-; y la capacidad de endeudamiento del solicitante, que permite conocer la cantidad máxima que se puede solicitar a la entidad financiera.
Normalmente, los bancos sólo concedan préstamos hipotecarios por un importe equivalente al 80% del valor de tasación, como máximo.
Hay que tener en cuenta, igualmente, a la hora de valorar el importe total del préstamo hipotecario que hay otros gastos asociados a la compra de la vivienda y la formalización de la hipoteca que suponen alrededor del 10% del importe financiado, y siempre corren a cargo del comprador. Son los gastos de tasación, de notarías, de gestoría y de verificación registral, así como los impuestos sobre la constitución de la hipoteca y las comisiones de apertura o de subrogación que ingresa la entidad bancaria. Además, casi todos los bancos exigen al solicitante la contratación de un seguro de vida, cuyo importe dependerá del volumen de la operación.