Hipoteca fija o variable, ventajas e inconvenientes

La hipoteca es la operación financiera más importante en la vida de muchas personas. Por no decir de la mayoría. De modo que conviene no tomar decisiones a la ligera, y una de las más relevantes es optar por una hipoteca fija o variable. Los intereses que nos aplicarán, el Euribor o el TAE, son conceptos que debemos conocer antes de comprar una vivienda e hipotecarnos durante años. Veamos que significan cada uno de esos términos.

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¿Qué es más conveniente, una hipoteca fija o variable?

Lo primero sobre lo que debemos informarnos cuando queremos comprar una casa es el tipo de interés que nos ofrecerá el banco para llevar a cabo la operación. Esos intereses marcan el dinero adicional que debes devolver al banco por el capital que te han prestado. Y en créditos a tan largo plazo estos porcentajes de interés pueden ir cambiando a lo largo del tiempo o ser el mismo. Esa es la diferencia entre una hipoteca fija o variable, aunque también puede ser mixta, y combinar ambas opciones. En tal caso, tiene un interés fijo durante los primeros años y otro variable para el resto del plazo hipotecario.

Tipos de interés: hipoteca fija o variable

Es difícil determinar si es mejor contratar una hipoteca fija o variable, ya que dependerá de cada caso, en lo que se refieren a la casuística de la economía personal de cada persona, y también al momento financiero en el que se encuentre el mercado económico. Por ejemplo, en España la referencia  para el cálculo de la mayoría de las hipotecas es el Euribor, y su valor en el momento de contratar la hipoteca condicionará las cuotas que tendremos que pagar mensualmente hasta pagarla en su totalidad. Claro que ello dependerá también de si nuestra hipoteca es de tipo de interés fijo o variable.

Una hipoteca a tipo variable se define porque el interés del préstamo cambia a lo largo de tiempo. Lo más habitual es que existan diferentes periodos de revisión de seis meses o un año, durante los cuales la cuota de la hipoteca será la misma y también el tipo de interés. Pero en función de la evolución del Euribor (o el índice aplicado), las cuotas mensuales a pagar pueden subir o bajar.

Ventajas y desventajas de las hipotecas variables

Entre lo más ventajoso de una hipoteca variable se encuentra la cuota inicial, que suele ser más asequible que en una fija. Además, las comisiones suelen ser menores al contratar un crédito hipotecario variables.

Además, en el momento de contratar el tipo de interés siempre es más bajo en una variable que una hipoteca fija, pero por ahí llegamos a las desventajas, ya que al ser variable puede ir subiendo. Son inestables y dependen de las fluctuaciones de la economía. Así, si el Euribor se encarece tus cuotas irán subiendo. Cosa que no pasará si son fijas. Además, como al contratar una variable todo es más barato, los plazos de amortización son mayores y, por lo tanto, pagarás más intereses en la vida total del préstamo.

Hipotecas fijas: pros y contras

Como su nombre indica, en un préstamo para vivienda a tipo fijo los intereses que pagas son siempre los mismos. Una condición que permite saber desde el principio lo que te va a costar la casa cuando acabes de pagarla. Y esa es una de sus principales ventajas: saber de antemano cuántos intereses pagarás durante toda la vida del préstamo hipotecario. Se trata por lo tanto de un producto más estable que el variable, pues no le afectará la evolución de la economía o los tipos de interés de los bancos centrales.

Otra de las virtudes de las hipotecas fijas es que tienden a ser menos caras a largo plazo, porque los plazos suelen ser menores. Por eso se paga menos por la vivienda, aunque las cuotas a menudos son más caras que en una variable. Y ese, por cierto, es uno de los  inconvenientes del plazo fijo. Es decir, hay que tener claro si podemos pagar algo más al mes, pero menos tiempo, o cuotas más bajas pero mucho tiempo, con lo cual acabaremos pagando más. Hete ahí el dilema de la hipoteca fija o variable.

Y aún otra desventaja a añadir, pues los créditos fijos suelen tener  comisiones de apertura y constitución más elevadas, así como las de amortización anticipada. Algo que, ya lo hemos dicho, se compensará mes a mes.

Con esta información ya pueden hacerse una idea inicial si se hayan frente a la tesitura de escoger entre hipoteca fija o variable. Pero si ya la tienen, de un tipo o de otro, deben saber que siempre pueden cambiar la modalidad de la hipoteca, bien dentro del mismo banco o cambiando de entidad. La primera sería una novación hipotecaria y la segunda una subrogación. Para ello lo mejor es asesorarse tanto en su entidad bancaria como con un asesor financiero.

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