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«Generación startup» o cómo ser emprendedor a cualquier precio

El género documental está íntimamente ligado al concepto de realidad. Con más o menos aportaciones creativas, un film documental representa, con carácter informativo o didáctico, hechos, escenas o experiencias tomadas de la vida real. O al menos así es como lo define la RAE. Y pese a su larga tradición cinematográfica es, sin duda, y con las lógicas excepciones puntuales, la menos popular  de todas las opciones genéricas. Generation startup no es una excepción, y ni tan solo llegó a estrenarse en las salas españolas de cine.

Y eso a pesar de ser una interesante película enraizada en un ámbito de rabiosa y controvertida actualidad. El del mercado laboral y su exigente y accidentado camino hacia el éxito. Así como el difícil acceso de los emprendedores jóvenes, que emergen a contracorriente desafiando las normas, rutinas o inercias establecidas.  Es precisamente a seis de ellos, en su aventura de crear una startup en la ciudad de Detroit, a quienes sigue y analiza este documental.

Rodada a lo largo de 17 meses, Generation Startup se nutre del proyecto de una empresa sin ánimo de lucro llamada “Venture for America”. Ésta selecciona a jóvenes universitarios con potencial y los respalda en sus tentativas de crear empresas innovadoras en ciudades económicamente deprimidas a lo largo y ancho de los Estados Unidos. De entre todas las opciones, las directoras de este documental optaron por poner el foco en los seis emprendedores de Detroit antes mencionados.

Una producción independiente, sin apenas presupuesto, que nace de una convicción de  la documentalista Cheryl Miller Houser: si el futuro socioeconómico depende de la capacidad de arriesgar de los jóvenes, también yo debía escapar de la zona del confort creativo y enfrentarme a retos que no respondieran a las motivaciones habituales.

El interés de Obama

Tan arriesgado proyecto, que llegó a acumular más de doscientas horas de material rodado, se topó contra las pragmáticas exigencias de la distribución comercial. A punto estuvo de no  poder estrenarse. Pero una serie de afortunadas circunstancias hicieron que sorprendentemente la cinta fuera invitada por Barack Obama al certamen  Global Entrepreneurship Summit, y acabó estrenándose nada menos que en la Casablanca. Tal vez porque Generation startup es un auténtico muestrario de diversidad social y cultural, algo que no pasó desapercibido al presidente demócrata. Entre los emprendedores, un hindú musulmán, una joven afroamericana apostando por la ingeniería tecnológica y otra mujer proyectando una plataforma pensada para conectar mujeres con posibles mentores o mentoras que les ayuden a prosperar profesionalmente. Todo ello en la deprimida ciudad de Detroit, que en 2016 estaba prácticamente en bancarrota.  

A partir de ahí la repercusión fue enorme, e incluso Michael Moore la seleccionó para su festival de cine documental  en el Norte de Michigan. El Traverse City Festival. Hoy Generation startup  puede verse en Filmin.

Asimismo, justo es decir que, desde un punto de vista cinematográfico, si bien es un valioso documento socio-laboral, deja mucho que desear formalmente. El tratamiento de las imágenes es parco y funcional. No aporta ni pretende soluciones visuales que puedan enriquecer la propuesta estética. De hecho, algunas secuencias del film se corresponden a las grabadas por los propios jóvenes con una GoPro facilitada por las directoras. Algo que aporta realismo y espontaneidad, pero afecta al formalismo narrativo y visual.

Eso sí, la película es poco menos que un manual del emprendedor, cuyo afán por estimular con el ejemplo a los jóvenes emprendedores del futuro puede resumirse con la frase de una de sus protagonistas: “Si queremos cambiar las reglas del juego, hay que jugar a ese juego y hacerlo desde dentro”.

Otro interesante documental, esta vez en formato de serie, que os recomendamos en DTE es El rey de Zanzíbar, que puede verse en MAX.

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