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Emails, publicidad, datos personales y listas Robinson

Vacaciones, una noche cualquiera del caluroso veranos, todo paz y tranquilidad mientras descansas plácidamente en la cama hasta que… suena la alarma de nuevo email recibido en el movil (que por supuesto olvidaste apagar al irte a dormir). ¿Quién escribe un mail a estas horas de la madrugada en agosto? El asombro suele transformarse en directa mala uva cuando el mail resulta ser publicidad de una empresa que ni conocemos, o una newsletter de un tema que no nos interesa en absoluto y del que no tenemos ni idea. ¿Por qué tienen mis datos esta empresa? ¿puede mandarme mails de publicidad sin más? ¿puedo borrarme/evitarlo? Hoy nos ocupamos del uso de nuestros datos personales para envíos de publicidad por parte de empresas, para dar respuesta a estas preguntas (y mejorar nuestro descanso y tranquilidad estival, que nunca viene mal).

Young woman pointing at email icon

La legislación prohibe (como norma general) el envío de publicidad por email o equivalente sin que previamente hayan sido solicitado o expresamente autorizado por el destinatario. Es decir, si no hemos consentido expresamente que se nos envíe publicidad por email (tras haber sido informados de ello) no pueden remitirnos publicidad al mail.

Las opciones para aceptar que nos envíen publicidad casi sin darnos cuenta son numerosísimas pero la empresa que nos pide consentimiento tiene la obligación de ofrecernos la posibilidad de oponernos al tratamiento de nuestros datos con fines promocionales mediante un procedimiento sencillo y gratuito en el momento de recogida de los datos.

El problema viene cuando sí hemos consentido, bien porque quisimos hacerlo o bien porque, simplemente, dimos que “ok” en alguna casilla al inscribirnos a un concurso, promoción newsletter, bajar una aplicación, instalar un software o programa…sin leer prácticamente nada.

Pero esto no significa que tengamos que seguir recibiendo emails para siempre. También para estos casos tenemos derecho a oponernos a recibir este tipo de mensajes o retirar nuestro consentimiento en cualquier momento, de forma sencilla e igualmente gratuita  sin necesidad de causa o motivo alguno más que nuestra propia decisión. Esto se traduce en la obligación de incluir en el mail de publicidad el típico aviso que viene a decir algo así como “si no quieres seguir recibiendo publicidad/newsletter pulsa aquí”. Efectivamente, pulsando “aquí” podríamos darnos de baja.

Y cuando el emisor de publicidad incumple y no da este sistema? Pues además de poder denunciar este hecho, tenemos otros medios para retirar nuestros datos de sus bases de datos.

En primer lugar, y gracias a la legislación en materia de datos personales, podemos hacer uso de nuestros derechos de cancelación de datos, y dirigirnos a la empresa para que cancele (borre, elimine) y deje de utilizar nuestros datos para el envío de publicidad. Para ello deberemos dirigirnos a la empresa por el medio que facilite para estos fines (habitualmente deberá venir indicado en el mail de publicidad, la newsletter o la web de la empresa).

De forma preventiva podemos también apuntarnos en una de las llamadas “Lista Robinson”, ficheros de exclusión en los que las personas se inscriben para que los anunciantes conozcan de antemano que no desean recibir mensajes de este estilo, y que los anunciantes están obligados a consultar antes de enviar publicidad. Hay múltiples opciones, gratuitas y fáciles de usar, aunque no serán de utilidad si, por otro lado, hemos dado consentimiento expreso para que nos envíen publicidad.

Así pues, la primera opción es siempre leer con cuidado a que damos “ok” o “siguiente” en Internet, para evitar dar derecho a empresas para que nos manden publicidad que no queremos, pero si ya nos está llegando, al menos ahora tenemos opciones para evitar que el mail de las 3 de la mañana nos despierte en pleno agosto, y que la publicidad no nos persiga allá dónde vamos.

 

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