El hombre que cambió su casa por un tulipán, el libro de las respuestas a la crisis
Casi al inicio de la crisis que ahora parece estar disipándose, algunas mentes preclaras de la divulgación económica dieron aviso de lo que se nos venía encima, y otras intentaron explicar por qué ocurría lo que estaba ocurriendo. Y para ello se sirvieron de los más diversos recursos: elocuentes estadísticas financieras, profusos estudios de mercado, entrevistas a expertos de los diferentes sectores, elucubraciones e hipótesis más o menos realistas y rigurosas, e incluso metáforas inspiradas en sorprendentes casos reales, como las razones que llevaron a un ciudadano holandés a cambiar su casa por un tulipán.
Un estrambótico hecho real, no exento de temerario romanticismo, que le sirvió no solo como inspiración a Fernando Trías de Bes para titular El hombre que cambió su casa por un tulipán, un libro que resulta imprescindible para llegar a entender que ha pasado en estos últimos años, y cómo hemos llegado a donde estamos; sino también para ganar el Premio De Hoy 2009, que concede ediciones Temas de Hoy
¿Qué insensata lógica pudo impulsar a aquel neerlandés a hacer lo que hizo? Esa es la primera pregunta que exige respuesta, desde luego. Pero hay otras que plantea y responde el libro: ¿Qué paralelismos existen entre nuestra crisis inmobiliaria, la burbuja de los Mares del Sur y la del Japón de los noventa? ¿Qué extraño síndrome ha llevado a tanta gente a confundir los ladrillos con lingotes de oro? En definitiva, ¿por qué hasta el más prudente puede transformarse en un necio que, como decía Antonio Machado, confunde valor y precio?, tal y como el autor parafrasea en su texto al poeta andaluz.
Pues a todo ello y más, de forma directa y sencilla, responde Trías de Bes en su obra, con la intención de aclarar conceptos, hacer reflexionar a la gente ofreciéndoles un mínimo de información desde el sentido común, e invitando al lector a extraer después sus propias conclusiones, que tal vez ayuden a evitar futuras burbujas y las depresiones económicas que de ellas se derivan, y que inevitablemente acaban por devastarnos a todos. O a casi todos. Excepciones de las que también se habla.