Economía emocional: El buen humor mejora el rendimiento laboral

No hace falta recurrir a estudios muy sesudos, ni hacer grandes análisis de sociología laboral, para saber que cuando uno está contento en el trabajo rinde más. Algo que también pasa si uno es feliz en su vida cotidiana, puesto que el estado de ánimo afecta directamente en la actitud de las personas. De buen humor se trabaja más y mejor. Eso es un hecho y una de las premisas fundamentales de lo que algunos especialistas definen como la “economía emocional”.

El pasado día 1 de abril se celebró el Día internacional de la diversión en el trabajo, que se instauró en 1996 (Fun at work Day), y que pese a no ser oficial está reconocido y celebrado por empresas de todo el mundo y tiene repercusión en los principales medios de comunicación, pues es mundialmente reconocida la necesidad de fomentar el buen ambiente en los lugares de trabajo para mejorar el rendimiento de las plantillas. Y es que el buen humor cotiza al alza.

La felicidad mejora el rendimiento laboral

No se trata de un mero ejercicio de observación lógica de la sociedad, que de algún modo debería bastar por obvio, sino que diversas investigaciones científicas ha confirmado que un uso adecuado del humor, integrado en las dinámicas laborales, puede producir efectos muy positivos a nivel individual y colectivo. Unos efectos que se traducen de forma directa en importantes beneficios – en forma del mencionado aumento de eficacia y rendimiento de los trabajadores- para las empresas que desarrollan y canalizan sus propios recursos humorísticos.

En las antípodas de estos resultados se encontraría el rendimiento de los trabajadores que padecen el conocido Síndrome Burnout o del trabajador quemado, cuya eficacia laboral es lastrada por toda una seria de condicionantes negativos que le perturban y neutralizan a nivel laboral.

Beneficios del buen humor

Y es que está demostrado que divertirse, es decir, ejercitar el sentido del humor, reduce el estrés, potencia la salud, estimula la creatividad y favorece el aprendizaje, pues la sociabilidad y ganas de comunicarse hacen que estemos más abiertos a nuevas experiencias. Ventajas todas ellas a nivel personal, pero que redundan también en favor de la empresa.

Y además, por su parte, las empresas no solo se benefician de la satisfacción y la buena  predisposición de sus felices empleados, sino que algunas de las ventajas del fomento del buen humor refuerzan directamente los activos del negocio. Por ejemplo, el buen ambiente en el lugar de trabajo atrae y retiene a los recursos humanos más valiosos, fortalece la motivación no solo personal, sino también colectiva, reforzando y mejorando el trabajo en equipo, y optimiza la comunicación interna, lo cual aún cohesiona más el personal.

Por estos motivos, cada vez son más las empresas que fomentan el buen rollo y el entretenimiento entre sus trabajadores, facilitándoles incluso espacios y actividades de diversión compatibles con el horario laboral.

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