La economía circular quiere ser una intersección de los aspectos ambientales y económicos. Un nuevo modelo que, frente al actual sistema lineal de producción consistente en la fórmula: extracción, fabricación, utilización y eliminación en forma de residuos, propone una nueva ecuación industrial inspirada en la sostenibilidad propiciada por un flujo circular: recursos-productos-recursos reciclados. Y de este modo se combate el agotamiento de recursos naturales y de los combustibles fósiles, además de fomentarse una política industrial respetuosa con el medio ambiente, pues los residuos de unos se convierten en los recursos de otros mediante el reciclaje.
El objetivo último de la economía circular es la eficiencia del uso de los recursos. Es un concepto económico que se interrelaciona con la sostenibilidad, y cuya intención es que el valor de los productos, los materiales y los recursos (agua, energía,…) se mantenga en la economía durante el mayor tiempo posible, y que se reduzca al mínimo la generación de residuos.
Es por este motivo que uno de los principales frentes de la economía circular es luchar contra la obsolescencia programada, que limita la vida de los productos industriales para garantizar las nuevas ventas. Una estrategia comercial que genera una enorme cantidad de residuos prematuros por intereses puramente comerciales. En este sentido, la Unión Europea ha propuesto una campaña de incentivos fiscales para ayudar a las empresas que eviten ese sistema de caducidad inducida.
Por estos motivos, la economía circular puede considerarse como un modelo reparador y regenerativo, pues pretende conseguir que los productos, componentes y recursos en general mantengan su utilidad y valor en todo momento y durante más tiempo. Es un ciclo continuo de desarrollo positivo que conserva y mejora el capital natural, optimiza el uso de los recursos y minimiza los riesgos del sistema al gestionar una cantidad finita de existencias y unos flujos renovables.
Esta iniciativa, cuyas primeras acciones datan de principios de los 80, pero que poco a poco ha ido adquiriendo relevancia internacional, pretende crear un marco político destinado a apoyar el cambio a una economía eficiente que garantice toda una serie de beneficios y ventajas económicas desde la óptica del respeto medioambiental.
La intención es mejorar los resultados económicos al tiempo que se reduce la explotación de los recursos, de modo que se garantiza la seguridad de los suministros esenciales. También se pretende identificar y crear nuevas oportunidades de crecimiento económico e impulsar la innovación y la competitividad de la UE. Y por otra parte, es una eficiente manera de luchar contra el cambio climático y limitar los impactos medioambientales que provoca el uso indiscriminado de los recursos.
Los principios básicos
La economía circular se sustenta en la combinación de una serie de principios básicos, entre los que están la reutilización, el reciclaje, la valorización (aprovechamiento energético de los residuos que no se pueden reciclar) y la reparación.
Pero también algunos otros más complejos como la eco-concepción, que considera los impactos medioambientales a lo largo del ciclo de vida de un producto y los integra desde su concepción, o la ecología industrial y territorial, que consiste en el establecimiento de un modo de organización industrial en un mismo territorio caracterizado por una gestión optimizada de los stocks y de los flujos de materiales, energía y servicios.
Por otra parte se atiende a la economía de la “funcionalidad”, que privilegia el uso frente a la posesión, la venta de un servicio frente a un bien.
