Día Mundial del Ahorro de Energía (21 de octubre), una responsabilidad colectiva
El origen de esta celebración es incierto, pero son muchas las fuentes que señalan el Foro Energético Mundial como la institución que instauró dicha efeméride con la intención de conservar los recursos naturales y para lograr eficiencia en el área energética.
La celebración de este día del ahorro energético, que no debe ser sino un ejemplo a seguir a diario en nuestra cotidianeidad, debe plasmarse en una actitud personal que se sume a la concienciación colectiva. Por ejemplo, apagar ese día las luces que no utilices o desenchufar el cargador, andar en bicicleta, escribir un poema sobre la importancia de cuidar el planeta, dibujar lo maravilloso de cuidar el medio ambiente, cualquier iniciativa es bienvenida, y hay múltiples maneras de expresarlas. Y después, al acabar la jornada, reflexionar sobre el hecho de haber colaborado y pensar en la posibilidad de seguir haciéndolo más allá de la jornada reivindicativa.
Cosa de todos
Durante esta jornada muchas organizaciones, asociaciones, o instituciones desarrollan actividades destinadas al ahorro energético: campañas, foros, talleres, seminarios, guías para el uso adecuado de la energía, juegos infantiles con la temática, presentación de libros y folletos, rescate de espacios físicos, eventos culturales, elaboración de murales ecológicos, videos, campañas de concienciación y muchísimas otras más. Solo hay que informarse y saber cuáles se llevan a cabo cerca de nuestra localidad para animarse y participar.
No eludamos nuestra responsabilidad. Si bien los gobiernos tienen una competencia ineludible en cuando a materia energética y cuidado del medio ambiente, todos nosotros podemos aportar y contribuir diariamente ahorrando energía. Muchos esfuerzos individuales se convierten en un logro significativo para la sociedad. Colaborar es sencillo. Es cuestión de concienciarse y utilizar la luz natural mientras sea posible, desenchufar dispositivos o cargadores que no necesitemos, utilizar bombillas de bajo consumo y ser conscientes de que podemos ahorrar energía a poco que tomemos consciencia de la importancia de hacerlo, tanto por cuestiones económicas como medioambientales. Ahorrar energía es una responsabilidad de todos.