Aspectos a tener en cuenta a la hora de reservar una fiesta de Nochevieja y Cotillón
Eso, y mucha ropa elegante (aquí lamentablemente también incluimos el “o no”, que ahí cada uno y cada una…), muérdago y felices y sanas intenciones de pasarlo bien. Para que este objetivo final se cumpla es conveniente tomar algunas consideraciones previas, que estos festejos, también conocidos como Cotillón, son caldo de cultivo de aprovechados varios que pretenden hacer su agosto en diciembre, sin importarles fastidiar la noche “más mágica del año”, con permiso de San Juan, a muchos de nosotros. Y por supuesto, como no puede ser de otra manera en este blog, hoy vemos también nuestros principales derechos como consumidores, que no son pocos.
Hemos de tener en cuenta que en principio está prohibida la venta o reventa ambulante de entradas de Cotillón, por lo que debemos tratar siempre de comprar las mismas en taquilla u online, y el primer paso importante a considerar es el precio de la entrada y lo que conlleva. Lo ideal es que si compramos la entrada en taquilla (el mismo día del evento o con antelación) tengamos copia de las principales características del evento, para poder reclamar en caso de que no se cumplan. Algunos aspectos a tener claro son:
- Número de copas, consumiciones o menú de la cena, por supuesto. Debe aparecer la referencia a las marcas (no hace falta ser un experto enólogo para saber que no es lo mismo un cosechero que un crianza o una determinada marca de ginebra u otra) y si existe la posibilidad de barra libre y en qué consiste (nuevamente marcas, límite horario, etc.).
- Dirección física del evento, horario de apertura y cierre.
- Aforo del evento, y si existe cualquier tipo de limitación o exigencia de etiqueta (edad mínima, indispensable corbata o vestido largo, por ejemplo), que pueda suponernos la prohibición de entrada.
- Denominación social del organizador, con NIF, dirección y medio de contacto.
- Si la entrada es personal (con nombre y apellidos que exija comprobación mediante DNI) o no, y podemos acudir nosotros o un tercero.
En caso de que la compra la hayamos realizado por Internet, deberemos guardar igualmente copia de las condiciones (que pueden habernos enviado en un correo electrónico o estar en la propia web para su descarga) y, siempre, el comprobante de pago.
Los locales dónde se celebran estos eventos deben tener licencia para ello (y en los casos en los que no se contemple este tipo de eventos, por horario por ejemplo, una autorización expresa para ello), que podemos exigir para su debida comprobación, así como guardar las medidas de seguridad, sanidad y obligaciones que se requiere para cualquier evento de estas características, especialmente con un aforo importante. Nuestros derechos como consumidores se incluyen también en estos eventos, aunque sean tan especiales.
En caso de que exista algún problema, por ejemplo, que a la hora de entrar nos digan que la entrada no es válida (por no haber hecho caso a la recomendación anterior y haberla comprado a un reventa falso, por ejemplo) podemos solicitar asistencia a la policía para una posterior denuncia, ya que probablemente nos encontremos ante un caso de estafa.
Del mismo modo es importante que guardemos prueba de aspectos de la celebración que no se correspondan con lo acordado: demasiada gente (superando aforo) escasez de marcas o bebidas, música o actuaciones no acordes a lo prometido, horario diferente… en todo caso será preciso que tengamos la máxima prueba posible para poder después realizar una reclamación. Y la principal prueba es el ticket de asistencia, entrada o resguardo de pago, que deberemos guardar (o al menos una copia) para este tipo de situaciones.
Las fiestas de cotillón son una excelente manera de dar paso al año próximo, tan lleno de promesas y posibilidades, pero para empezar ese nuevo año con buen pie no es sólo importante que llevemos algo rojo en nuestro vestuario, ayudaremos mucho a la diosa fortuna si demostramos que, además de animados, somos precavidos. ¡Ah! ¡Y Feliz año! ¡Que no nos leemos hasta 2017!