Crítica de «El desconocido», un thriller de venganza financiera

El_desconocidoLa premisa inicial de El desconocido es tan elemental como directa, y su desarrollo, minimalista. Los ocupantes de un coche sentados sobre una bomba. Si se bajan explota. Al otro lado de un teléfono móvil, el violento extorsionador dictando instrucciones. Quiere dinero y clama venganza. Y con estos mínimos elementos, que convierten el film en una curiosa mezcla entre Locke, Speed y el fraude de las preferentes, Dani de la Torre ha hilvanado un trepidante y angustioso thriller de excusa financiera algo tosca – aunque contiene una denuncia muy legítima en los tiempos que corren-, pero de una eficacia dramática indudable y tremendamente entretenido. Algo que conviene destacar como muy meritorio si tenemos en cuenta que tres cuartas partes del metraje es un plano medio de Luis Tosar al volante de su coche. Claro que observar a Luis Tosar puede ser fascinante incluso durante su desayuno cotidiano, si se lo propone.

El director, cuya indisimulada inspiración en el cine americano le abrirá las mismas puertas que Daniel Monzón tan bien está aprovechando estos últimos años, consigue en su notable debut un ejercicio de estilo que recuerda aquellos films televisivos de los mejores años 70 (Frankenheimer, Lumet, Pakula, Penn), pero sin renunciar a la sofisticación del explosivo cine moderno, que apuesta por la espectacularidad sin menoscabo de la intensidad en las distancias cortas; y la combinación le sale redonda. El mano a mano en la secuencia final en el muelle de los cruceros entre Tosar y Javier Gutiérrez (otro fenómeno), con el contrapunto de una Elvira Mínguez que debería prodigarse más, resulta realmente apabullante y, a pesar de ser algo previsible, es del todo emocionante. Aunque para contrarrestar  los merecidos elogios no deberíamos obviar el innecesario y simplón epílogo redentor, que cierra la función recuperando el discurso crítico para con algunas prácticas financieras tóxicas, que de algún modo son las que han motivado el argumento. Un añadido final, en cualquier caso, que deviene un colofón de lo más prescindible para el film.

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