Crítica de «El desconocido», un thriller de venganza financiera
El director, cuya indisimulada inspiración en el cine americano le abrirá las mismas puertas que Daniel Monzón tan bien está aprovechando estos últimos años, consigue en su notable debut un ejercicio de estilo que recuerda aquellos films televisivos de los mejores años 70 (Frankenheimer, Lumet, Pakula, Penn), pero sin renunciar a la sofisticación del explosivo cine moderno, que apuesta por la espectacularidad sin menoscabo de la intensidad en las distancias cortas; y la combinación le sale redonda. El mano a mano en la secuencia final en el muelle de los cruceros entre Tosar y Javier Gutiérrez (otro fenómeno), con el contrapunto de una Elvira Mínguez que debería prodigarse más, resulta realmente apabullante y, a pesar de ser algo previsible, es del todo emocionante. Aunque para contrarrestar los merecidos elogios no deberíamos obviar el innecesario y simplón epílogo redentor, que cierra la función recuperando el discurso crítico para con algunas prácticas financieras tóxicas, que de algún modo son las que han motivado el argumento. Un añadido final, en cualquier caso, que deviene un colofón de lo más prescindible para el film.