Cosas que no sabías del dinero (IV)
Empecemos pues por decir que las monedas más antiguas que se conocen, y que no tienen por qué ser las primeras ni mucho menos, datan del siglo VI A.C; pero que no se encontró ninguna fechada hasta el siglo XIII. Éstas fueron seis piezas acuñadas en Dinamarca por el obispo de Roskilde, y en las cuales aparece grabado el año MCCXXXIV (1234).
La peseta no es tan antigua. Fue la unidad monetaria española durante 133 años, desde 1868 hasta el 2001, cuando fue substituida por el actual Euro.
Seguimos con más curiosidades sobre el dinero, esta vez relacionadas con el papel moneda. Los billetes. Los más antiguos que se conservan datan del siglo XVI, aunque hay constancia de que los chinos ya fabricaban papel moneda desde el siglo VII. En Europa, no obstante, no se introdujeron los billetes hasta el 1661 (siglo XVII).
Algo más moderno fue, por ejemplo, el primer cajero automático que fue instalado en una sucursal del banco Barclays en Londres en 1967. Dado que en aquella época no había tarjetas con banda magnética se utilizaban unos cheques con material radioactivo para el cajero. El cliente introducía el cheque, marcaba un pin de cuatro números y el dispositivo le proporcionaba diez libras esterlinas.
Todo tiene un origen, y el nombre que recibe suele tener cierta lógica etimológica, valga la redundancia. Ya explicamos el origen de la palabra dinero en nuestra serie de etimología económica – viene del término del latín Denarius -, pero también es curiosa la procedencia de las palabras sueldo o salario, directamente relacionadas con él.
Un mes de pago por sus servicios para los guardias del antiguo imperio romano era conocido como “solidus”, y de esa palabra proviene la palabra soldado. Y también sueldo. Curiosidades del idioma: un mercenario sería un soldado a sueldo, toda una redundancia.
Por otro lado, antiguamente a los soldados se les pagaba con sal, por entonces un bien muy valioso. Y de ahí que se dijera y aún de diga la palabra “salario” para referirse a una paga.