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La contaminación textil supera la de todos los vuelos y transportes marítimos del mundo

El glamour de la moda puede distraer la atención sobre otra de las características del sector textil. Y es que  un informe de la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo asegura que la contaminación textil es mayor que la provocada por todos los vuelos y transportes marítimos del mundo. De hecho, la textil es la segunda industria más contaminante del planeta, después de la energética. Bien podría decirse, por tanto, que la moda se debate entre la elegancia y la contaminación.

Impacto ambiental de la industria de la moda

La industria de la moda tiene un elevado impacto ambiental porque la contaminación textil se produce en todas sus etapas de fabricación, según se especifica en el estudio. Tanto en la fase de producción como en la distribución, la exhibición y la venta. E incluso una vez adquiridas las prendas siguen su proceso contaminante con el cuidado, lavado y, por último, el desecho de las mismas. Veamos porqué.

Contaminación textil en el ciclo de producción

La primera etapa del ciclo productivo de la industria de la moda empieza lejos de las fábricas textiles. Otro estudio, en este caso de la Universidad mejicana de Ciencias UNAM, señala que durante esta fase inicial la contaminación textil se produce por la explotación de combustibles fósiles en la extracción de materias primas. Lo cual conlleva un costo ambiental significativo.

Por otro lado, esta industria promueve grandes explotaciones de cultivos como el algodón, entre otros, que se tratan con pesticidas y fertilizantes que garantizan las cosechas, pero que son perjudiciales para el suelo y se filtran hasta contaminar el agua.

En esta misma etapa de producción, en una fase más avanzada, cuando se empiezan a trabajar las telas, es habitual el uso de productos químicos y tintes que contaminan el agua usada en los tratamientos del proceso, y que luego acaba vertiéndose en ríos y mares. Algo ilegal y perseguido, pero todavía muy frecuente en muchas partes del mundo.

Emisiones de CO2 en producción y distribución

La industria de la moda contamina durante el proceso de fabricación de las prendas por la enorme energía que necesita, y que genera un alto grado de emisiones de CO2. Mucho más, en realidad, y tal como avanzábamos al principio, que los medios de transporte que distribuyen la ropa por todo el mundo, y que por supuesto también contaminan.

Contaminación textil en  la fase comercial

El informe destaca también que la contaminación textil no acaba cuando las prendas están listas para su venta y en las tiendas donde se exhibirán. El gasto de energía continua siendo muy importante en esta fase comercial, ya que los escaparates de moda son los que más actividad energética tienen en los mercados, y los que más horas de luz consumen. Al menos 12 horas constantes de luz para hacer la exhibición de ese producto.

Contaminación postventa

La contaminación textil se da incluso después de la compra de la pieza de ropa. Se trata mayoritariamente de productos que tienen que ser lavados de manera constante, y que por lo tanto generan mucho gasto de agua y de energía, además del impacto ambiental que puedan producir los productos de limpieza utilizados.

Además, en la actualidad el modelo dominante es el de la moda rápida, que ofrece a los consumidores cambios constantes de colecciones a bajos precios, y alienta a comprar y desechar ropa frecuentemente. Ropa que en ocasiones dispone de una segunda oportunidad en el mercado de segunda mano, pero que también se acumula en enormes vertederos textiles, muy contaminantes, invasivos y formados por productos solo parcialmente reciclables.

Consumo de moda responsable

El informe de la ONU sobre la contaminación textil arroja datos preocupantes ,como que la industria de la moda tira al mar medio millón de toneladas de microfibra al año, lo que equivale a tres millones de barriles de petróleo. Un problema medioambiental tan grave como el del controvertido vertido de plásticos y  microplásticos a los mares. O también el hecho de que la actividad textil utiliza 93 millones de metros cúbicos de agua anualmente. Un volumen suficiente para satisfacer las necesidades de cinco millones de personas.

Frente a este preocupante panorama industrial, que intenta regularse desde las instancias legales internacionales, la única manera que tiene el usuario de colaborar en la protección del medioambiente es la de promocionar el consumo responsable de la moda.

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