“Tu consumo puede cambiar el mundo”, se consciente, consecuente y responsable
Detrás de nuestras compras, cuando adquirimos un producto, estamos dando nuestro apoyo a un mercado, o a una forma de vida, o a un sistema de producción concreto, y que a menudo puede no coincidir con nuestras exigencias morales o éticas, con nuestra ideología, nuestro posicionamiento solidario, o con el respeto por los derechos fundamentales. De modo que, sin saberlo, nos estamos contradiciendo. Quizás incluso traicionando.
No es una cuestión baladí el consumo, pues con cada acción comercial emitimos un voto de confianza, apoyamos a un mercado u otro, activamos una cadena de abastecimiento con la que beneficiamos a empresas que tal vez estén contribuyendo al abuso social, medioambiental, económico, laboral, cultural y/o político. No conviene hacerlo de forma irreflexiva, sin información veraz y contrastada. Hay mucho en juego, y no debemos de ser cómplices involuntarios, pero cómplices al fin y al cabo, de aquello que estaríamos dispuestos a denunciar y a combatir: la injusticia, la desigualdad, la explotación, etc.
El consumidor es uno de los principales actores-activos del mundo contemporáneo y, desde luego, del sistema capitalista. A través de entrevistas con personalidades, con agentes claves del cambio, del análisis de modelos productivos alternativos y de unos hábitos de compra conscientes, “este ensayo periodístico con vocación de servicio público —que funciona también como un manual práctico— redescubre el consumo como una fórmula de acción para crear flujos de redistribución de la riqueza más justos, éticos, ecológicos y responsables”. Así definen el libro desde la editorial Península, perteneciente al Grupo Planeta y responsable de su publicación.