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Consejos para ahorrar agua en casa ahora que llega el calor

Se acerca el verano y el agua es un bien escaso que conviene dosificar, además del ahorro económico que ello supone. Veamos algunos trucos para ahorrar el consumo de agua en el hogar.

El baño es el lugar de la casa, por delante incluso de la cocina, donde más agua se gasta, de modo que empezaremos por ahí. Y lo primero que debemos aconsejar es ducharse en vez de bañarse. La disminución del consumo hídrico es enorme si cambiamos ese hábito. Pero además, mientras nos duchamos también conviene respetar ciertas pautas de ahorro. Por ejemplo, debemos apagar la ducha mientras nos enjabonamos el pelo. Dejar correr el agua durante todo el proceso es un gasto innecesario. Y si acortamos el tiempo que pasamos bajo la ducha, reduciéndolo al estrictamente necesario para refrescarnos y asearnos, sin recrearnos bajo el agua, aunque solo sean un par de minutos, el consumo se rebaja considerablemente.

La instalación de un difusor en la alcachofa de la ducha puede llegar a suponer un ahorro del 50% del agua utilizada.

En el lavabo también se emplea mucha agua, y una manera de reducir el consumo es mantener el grifo cerrado mientras nos lavamos los dientes o nos afeitamos. Abrirlo solo en el momento de usar el agua que mana.

Y el inodoro suele ser otra vía de despilfarro de agua. Para empezar, hay que pensar que el váter no es una papelera. Tirar de la cadena cada vez que lanzamos un papel o un pañuelo desechable es un gasto abusivo de agua. Otra manera de ahorrar es instalar un sistema dosificador en las cisternas. Es muy habitual y suele tener dos posiciones, una de las cuales descarga solo la mitad de la capacidad de agua, que suele ser suficiente. También es importante comprobar que el tanque del inodoro no tenga fugas. Es frecuente que no deje de gotear y poco a poco se pierden muchos litros.

Ahorro en la cocina

 Las diferentes técnicas de lavado de platos y cubiertos pueden significar un gasto o un ahorro muy significativo según los hábitos de cada usuario. Lo aconsejable es poner en remojo los platos, ollas y sartenes antes de enjabonarlos, para que el proceso sea más sencillo y se necesite menos tiempo. Además, deja  correr el agua del grifo solo para enjuagar  y ciérralo  mientras los enjabonas. Y procura que los grifos no goteen cuando no se están usando.

Para lavar los alimentos debe utilizarse un recipiente con agua, y no hacerlo uno por uno bajo el grifo. Así se desperdicia mucha agua. Además, la del recipiente puede luego usarse para regar las plantas, y no lanzarse por el sumidero.

Si tenemos lavavajillas, hay que emplearlo siempre al máximo de su capacidad, y no con par de platos y cubiertos recién usados. Todos los lavavajillas tienen programa economizador de agua. Lo mismo que los programas de las lavadoras. Hay que usar aquellos que se ajustan a las necesidades, y a menudo se usa demasiada agua.

Si tenemos secadora, cuando el depósito está lleno y hay que vaciarlo, podemos usar esa agua para las planchas de vapor. Lo que hemos obtenido es agua destilada.

Al fregar el suelo, el agua sucia del cubo puede usarse como descarga de un inodoro. El efecto es el mismo y ahorramos varios litros de agua.

En el jardín o las plantas del balcón o terraza también suele usarse mucha agua, y habitualmente podría reciclarse la que se usa para otras actividades de la casa. Hay que tenerlo en cuenta.

Si regamos, hay que hacerlo temprano o por la noche, y así se evita la evaporación en las horas de más sol. Las plantas aprovechan más el agua y se gasta menos. Y cuidado con grifos y mangueras, pues las fugas son frecuentes, y aunque sean pequeñas, si son continuas pueden suponer muchos litros de agua desperdiciada.

El agua no es una escoba. Evita limpiar o retirar las hojas del jardín a golpe de manguera. Es un gasto enorme e inadecuado.

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