Algunos consejos para abaratar el ocio nocturno
Lo primero una advertencia tan legal como saludable. El botellón hay que evitarlo, pues está prohibido por motivos de orden urbano y salud pública. Pero ello no impide que las reuniones se hagan en casa, donde las consumiciones, al menos las iniciales, serán siempre más baratas que en los establecimientos comerciales que se tenga previsto visitar. Además la bebida y la comida se pagarán a medias entre todos los presentes, lo cual aún abarata más el gasto de la fiesta. En cualquier caso, el límite de nuestra diversión está en el respeto a los vecinos. De modo que a una hora prudente, y sobre todo si la reunión amenaza con derivar en fiesta, es conveniente seguirla en la calle.
Un consejo muy práctico es salir con un presupuesto cerrado (y sin tarjeta). Tanto tengo y tanto gasto. Una decisión previa que debe marcar nuestro límite, y de nuestra capacidad de administrar el presupuesto dependerá la duración de nuestro plan. La diversión no debe depender siempre de la consumición.
Planificar la salida con criterios ahorrativos también puede servir para abaratar considerablemente los planes. Por ejemplo, saber cuáles son bares que tienen happy hour, o las discotecas con entrada gratuita a primera hora, o las que ofrecen un dos por uno. También hay cines y teatros con descuentos según el día, y algunas otras opciones de ocio low cost, por lo que puede ser una buena idea consultar las guías culturales con las que cuentan casi todas las ciudades.
Canguro compartido
Por cierto, si el problema es el canguro, que cuesta un dinero extra que habrá que añadir al gasto de la jornada, también hay soluciones. Se puede buscar a una pareja con un hijo de la misma edad y plantearles un quid pro quo.
Aunque aún hay otra opción, que es la del canguro compartido. Las parejas salen todas, y los hijos se concentran en una sola casa donde el canguro, pagado a partes iguales por todos los progenitores, se encarga de la guardería.
Por otra parte, hay que recordar que el ocio no tiene que estar siempre relacionado con el consumo y los locales comerciales. Se puede disfrutar del aire libre, que en verano puede ser una bendición si refresca por la noche, y encima ahorraremos en el aire acondicionado de casa. Un paseo por una ciudad nocturna iluminada es un placer que nada tiene que envidiar a cualquier oferta cultural de pago, y es gratis. Y romántico, si se da el caso.
Los museos también tienen sus días de puertas abiertas (para estudiantes, casi siempre), y las galerías de arte son siempre gratuitas. Aunque en este caso ya no hablaríamos de ocio nocturno, excepto en contadas ocasiones.