Condiciones necesarias para refinanciar la hipoteca

Son muchos los españoles que han visto como se disparaban las letras mensuales de su hipoteca variable con la subida del Euribor en el último año, y negociar una refinanciación de la misma puede ser una de las opciones a tener en cuenta. No obstante, para que ello sea factible hay una serie de requisitos que deben cumplirse para que el banco acepte revisar las condiciones del préstamo. Veamos cuáles.

La fórmula de la refinanciación puede utilizarse tanto para contrarrestar las subidas de interés (por el Euribor) como para buscar una salida favorable cuando las condiciones económicas del cliente han empeorado y no puede afrontar la hipoteca. Pero no todos los interesados pueden acogerse a esta opción que conllevaría una mejora de sus condiciones hipotecarias. Para poder hacerlo hay que cumplir algunos requisitos que exigirán los bancos, y también conviene tener en cuenta algunas variables.

Una de ellas, por ejemplo, para que esta operación sea realmente favorable, es que el capital pendiente de devolver a la entidad financiera sea superior a los 50.000 €. La cantidad a refinanciar es otra de esas variables a contemplar, pues es posible refinanciar hasta el 80 % del valor de compraventa de la hipoteca. Y por último, para que la refinanciación tenga sentido, el tipo de interés debe ser superior al 2,5 %.

Exigencias bancarias

Por su parte, como antes comentábamos, los bancos también tienen sus exigencias. En primer lugar, debe haber pasado como mínimo más de un año desde la concesión del préstamo. De hecho, lo ideal es que haga más de cuatro años desde la firma del contacto. Por otro lado, no debe haberse producido ninguna ampliación de capital de la hipoteca que quiere negociarse.

Lo que si puede haber ocurrido con anterioridad es que la hipoteca ya haya sido refinanciada, pero en ningún caso más de dos veces. En tales casos, los bancos suelen reusar la posibilidad de acometer una nueva revisión. Y por supuesto, las entidades bancarias se reservan el derecho de comprobar la estabilidad económica del cliente. Es decir, asegurarse de que las condiciones financieras de la persona que solicita la refinanciación de su hipoteca sean adecuadas. Que tenga estabilidad laboral y un nivel de endeudamiento aceptable.