Compra online en el extranjero: Episodio uno
La tecnología, y más particularmente el acceso a Internet y su uso como plataforma online, han convertido esta búsqueda en algo más, por así decirlo, cotidiano, cambiando, también, nuestra definición de tesoro.
Ahora, en cambio, las búsquedas se realizan desde el salón de nuestra casa y los tesoros son esos productos que no encontramos fácilmente cerca de nuestro hogar, como pueden ser las ediciones especiales o, simplemente, los mismos o similares productos a mejor precio. Así, compramos zapatillas en Nueva York, un reloj en Suiza, camisetas en un país africano, una guitarra en Alemania y libros de Argentina. Sin zarpar en barco y sin afilar la espada. Sencillo, cómodo y fácil. Pero no exento de riesgos.
Si no se avanza con la experiencia adecuada, al igual que las antiguas búsquedas, el proceso de compra online en el extranjero conlleva algunos aspectos importantes a tener en cuenta para evitar salir mal parados. Son muchos los puntos a considerar, por eso dividiremos nuestra aventura en una serie de episodios, tratando de recoger lo más sustancial e importante. Comencemos por el Episodio Uno: Del quién y del cómo.
A) ¿CON QUIÉN VIAJO?: Identificando al vendedor
Determinar claramente a quién estamos comprando es, con toda probabilidad, el primer y más importante paso que debemos tener en cuenta a la hora de comprar en Internet a una empresa o persona en el extranjero. En ocasiones, no supondrá mucho esfuerzo y la tienda online en la que realicemos la compra tendrá la información visible y clara; por ejemplo, en caso de compra de camisetas en la tienda online oficial de una marca reconocida de ropa. En España, esta información es una obligación legal, pero esto no tiene que ser necesariamente así para otras legislaciones, por lo que es posible que no aparezca esta información o, por lo menos, no de forma completa.
Además, en el caso de los market place (como ebay), el titular de la web y la persona que vende no son la misma, pudiendo ser una persona cualquiera que utiliza la web como tablón de anuncios para la venta. De esta manera, aunque compremos “en” ebay no compramos “a” ebay, sino al usuario que pone el producto a la venta. Un buen indicador, que nos proporcionará una idea de la fiabilidad del vendedor, serán las opiniones y comentarios de otros usuarios al respecto, las críticas y el prestigio de la marca que hay detrás.
Del mismo modo que no es muy recomendable comprar en una tienda a la que no sabemos volver (por ejemplo porque no podremos regresar en caso de devolución), tampoco lo es seguir adelante con una compra online si no se está completamente seguro de la identidad del vendedor, ¿a quién reclamaríamos entonces?
B) HOJA DE RUTA: El proceso de compra
Una vez sabemos a quién vamos a comprar ese tesoro en particular, el siguiente paso es tratar de asegurarnos de que el proceso de compra se asemeje lo máximo posible a estos pasos:
1. Información del producto
El resumen es sencillo: cuanta más información, mejor. Y aún mejor si podemos imprimir o guardar esa información para el futuro.
Dimensiones, componentes incluidos, precauciones, materiales de fabricación, usos… Sólo así sabemos exactamente lo que estamos a punto de comprar. Si no, claramente estaremos aceptando el riesgo de que nos den, lo que comúnmente se denomina, “gato por liebre”.
2. Registro
Dependiendo de la web, es posible que, para realizar la compra, el proceso solicite nuestro registro como usuario. En estos casos, resulta conveniente leer cuidadosamente los usos que se darán a nuestros datos, así como cumplimentarlos siempre de forma apropiada, sin inventarnos información relevante como direcciones, teléfonos… Por ejemplo, aportar un teléfono falso puede suponer que el servicio de transporte no pueda localizarnos y nos quedemos sin la compra.
En todo caso, si la web nos solicita datos a todas luces innecesarios (referidos a temas de salud, gustos, ideología, creencias, política, sexo…) es un indicador de que esta información va a ser, probablemente, utilizada para “algo más” que para el proceso de compra.
3. Plazos, gastos e impuestos aplicables
La “letra pequeña”. No todas las legislaciones aplican los mismos impuestos, siendo, en ocasiones, muy diferentes. Pero no solamente el precio del producto es lo importante, hay otros aspectos que pueden afectar mucho a la compra: la información sobre la posibilidad de devolución, los tiempos, los plazos y los costes de envío pueden suponer “extras” al coste original.
Del mismo modo, y más si tenemos en cuenta que hablamos de comprar en el extranjero, debemos de estar muy atentos a los gastos de transporte y los plazos estipulados para el mismo (especialmente para productos perecederos).
4. Formas de Pago
Debido a la distancia entre comprador y vendedor es muy habitual que éste haga el pago antes de recibir el producto. Tarjetas de crédito, débito, contra reembolso, por adelantado, mediante sistema de PayPal… tantas como la imaginación pueda darnos a entender. Cada una con sus pros y sus contras, que deberán ser valorados caso por caso.
En este aspecto, no existe una gran identidad con las costumbres del mundo offline, donde únicamente en establecimientos en los que tenemos confianza pagaríamos por adelantado un producto. De ahí, la conveniencia de determinar claramente quién es el comprador y tener pruebas de las características y precio del producto y las condiciones de envío.
5. Confirmación de la compra
Antes de que se realice el pago, lo adecuado sería que se nos proporcione un resumen con toda la información previa (condiciones, precio, vendedor, plazos…), bien por correo electrónico o bien mediante información que podamos guardar o imprimir y que aparezca detallada expresamente en la web. Será en este paso donde, con esto delante, confirmemos definitivamente la compra y serán precisamente estas condiciones las que deba cumplir tanto comprador como vendedor.
Cuanto más se asemeje el proceso de compra online a estos pasos, mayor será la seguridad jurídica de la misma, tanto para el comprador como para el vendedor, y menores los riesgos de problemas en caso de necesidad de devolución, retención en aduanas, desacuerdos…etc.
Y sobre este tema, los riesgos, y cómo tratar de suavizarlos y valorarlos, hablaremos en el futuro. Pero claro, eso será ya en el episodio dos.