Cómo viajar seguro y evitar disgustos
Con el verano empiezan las vacaciones, pero para que sean realmente ociosas y relajadas conviene atender a ciertas recomendaciones de seguridad. Sobre todo cuando viajamos al extranjero. Y para ello, cada año, además de las precauciones que dicta la prudencia y el propio sentido común, el Ministerio de Asuntos Exteriores difunde una serie de consejos y buenas prácticas que nos ayudarán a garantizar el final feliz para nuestros viajes.
Lo primero, y aunque parezca obvio, es no planear un viaje a las denominadas zonas de riesgo. Lugares, remotos o no, donde hay amenazas bélicas o de corte terrorista, zonas en época de postguerra o que han vivido una reciente catástrofe natural, situaciones de hambruna o de conflictiva inestabilidad política o económica. Es un riesgo innecesario que se evita con un simple cambio de destino. La oferta geográfica del planeta es mucha y muy variada, y muchos son los años que tenemos por delante para disfrutarla. No merece la pena jugar con la suerte.
Pero aun así, tal vez la recomendación más importante, antes de decidirse por un destino u otro, es visitar la mencionada web del Ministerio de Asuntos Exteriores dedicada a advertir y aconsejar a todos aquellos ciudadanos que deseen viajar al extranjero. Y también a los españoles que residen ya fuera del país, pero quieren desplazarse a otros.
Esta web ministerial está constantemente actualizada con avisos de última hora y consejos genéricos, lo cual es de gran ayuda a nivel informativo; pero además puedes hacer una búsqueda pormenorizada por países y obtener informaciones muy prácticas sobre la documentación y visados necesarios, la seguridad en cada zona (peligro a veces real y a veces potencial), los servicios sanitarios y los requisitos de vacunación, las divisas que se utilizan, los principales teléfonos de interés o las embajadas donde se prestan servicios consulares a ciudadanos españoles en caso de no contar con una propia.
Embajada o consulado
Esa debe ser la referencia inmediata en caso de tener problemas en el extranjero. Entre otras cosas porque diplomáticamente una embajada o un consulado son suelo español, y los funcionarios allí destacados también lo son. Cualquier conflicto, incluyendo la repatriación, re resolvería en estas instituciones, que no tienen otra misión que velar por los intereses y los derechos de España y los españoles en el país extranjero donde se encuentran ubicadas. Lleva siempre contigo el contacto de la Embajada o Consulado del país en cuestión, pues te será de gran ayuda ya sea en caso de robo, extravío o cualquier otro imprevisto de mayor o menor gravedad.
En la misma página del Ministerio hay a disposición del ciudadano un Registro de viajeros donde inscribirse. El objeto de este censo es poder localizar al viajero o contactar con él en caso de emergencia, ya sean desastres naturales, conflictos armados o cualquier otra incidencia importante. Si no se ha dejado constancia en el registro de nuestro desplazamiento, pueden complicarse mucho las tareas de localización en caso de necesidad.
Ser precavido es una gran virtud y debería también ser una obligación a la hora de viajar. Nunca está de más contratar un seguro de viaje, que cubra posibles contingencias, ya sean con los vuelos y sus conexiones, un robo o incluso una emergencia personal que obligue a suspender las vacaciones y regresar antes de tiempo. Además de ser una garantía, puede significar un importante ahorro en caso de ser necesario. Pero si aun así no lo consideran oportuno, es importante viajar con medios de pago suficientes. Es mejor que sobre que no que falte, y una combinación de efectivo, cheques de viaje y tarjetas de crédito suele ser la fórmula más segura de evitar sorpresas económicas lejos de casa.
Otro consejo que puede parecer tonto por obvio es el de revisar bien nuestra documentación antes de salir de viaje, pero curiosamente suele ser una fuente habitual de conflicto. Todos los documentos deben estar vigentes. En algunos países exigen que el pasaporte tenga una vigencia superior a seis meses, así que conviene informarse, y hacerlo con la suficiente antelación para que no sea un problema y tengamos que hacerlo a contrarreloj. El DNI es suficiente para los Estados europeos miembros del acuerdo Schengen, pero el resto de países exigen el pasaporte.
Una vez allí
No todo lo que en España está permitido está bien visto en el extranjero. Incluso podría ser ilegal. De modo que para no tener problemas, ni de convivencia ni con la ley, es del todo necesario respetar las costumbres y reglas locales. El refranero español es sabio: allí donde fueres haz lo que vieres.
La obediencia, dentro de un orden, es la mejor manera de evitar problemas. Respetemos siempre las prohibiciones o limitaciones de los lugares visitados. Cuando un letrero pone “No pasar”, nunca, en ningún idioma, significa “no pasar a no ser que solo quieras hacer una foto”. No vale la pena cometer infracciones, por muy apetecible que pueda parecer la recompensa a priori.
Ni que decir tiene que las drogas son un punto caliente en materia de seguridad. Algunos países contemplan la pena de muerte en su legislación en materia de drogas. Jamás acepten un paquete o maleta de un desconocido. Ni para transportar ni para guardar durante unos minutos ni en ningún caso que pueda darse.