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Cómo viajar barato: 4 consejos para ahorrar dinero

El primer consejo para ahorrar en vacaciones sería: no viajes en temporada alta. Pero como somos muchos los que solo disponemos de días libres en estas fechas, vamos a buscar la mejor manera de que no nos salgan demasiado caros.

Lo primero de todo, y no por obvio menos importante, es no elegir como destino un lugar de veraneo, pues a sabiendas del volumen de visitantes que se les avecina habrán disparado los precios. Y no solo en los servicios, alojamientos y ofertas locales, sino también en los medios de transporte que te llevarán hasta allí. No es una buena opción. Siempre será más barato ir a contra estación, en verano a donde suele esquiarse o al revés. También ir a zonas áridas en verano suele ser más asequible, pues las temperaturas infernales no son un atractivo turístico. Cada uno debe saber dónde tiene la línea de equilibrio entre el placer y el bolsillo.

Tampoco es mala idea considerar septiembre como mes de verano. En gran parte de Europa todavía hace buen tiempo, y con la vuelta al cole de los niños los vuelos serán más baratos y tu destino estará menos abarrotado.

Vuelos con escalas

En cualquier caso, sea cual sea el destino que finalmente hayas decidido, busca siempre vuelos con escalas. Son los más baratos, y a cambio solo se invierte en tiempo. Si tu viaje no es de fin de semana, sin duda vale la pena. Y si además mezclas las compañías aéreas (de ida y de vuelta), aún podrás encontrar mejores ofertas. Aunque quizás debas ser flexible con los días y los horarios para encontrar los mejores precios.

Otra buena idea es desplazarse desde aeropuertos alternativos, desde los que suelen volar compañías más modestas en busca de nuevas rutas y frecuencias. Si no tienes preferencias por las capitales o los aeropuertos de referencia, sin duda encontrarás opciones más asequibles.

Otro modo de ahorrar es hacer malabares con la mochila o maleta. El exceso de peso sale caro y conviene evitarlo a toda costa. Pero es muy recomendable conseguir un equilibrio entre la ropa y enseres necesarios y la comida (latas o productos que no caduquen rápido), pues comer y cenar cada día lejos de casa puede suponer un gasto enorme. Los supermercados locales, desde luego, son una opción más barata que los restaurantes. No obstante, en algunas latitudes incluso las tiendas de comestibles pueden ser un lujo.

Y si aun así decides probar la comida local cocinada en restaurante, mira y aprende. O como dice el refranero español: “Allá donde fueres haz lo que vieres”. O sea, que imites a los autóctonos y, a la hora de comer o cenar, no seas turista e intenta ir a los restaurantes donde haya gente local. Tendrá precios del país, no para turistas.

Alojamiento

El hotel es siempre la opción cara. Aunque sea barato. Pero en cualquier caso, nunca lo será tanto como un intercambio de casas, porque es gratis. Infórmate aquí de cómo funciona. Es muy sencillo y hay cientos de webs con infinidad de propuestas.

Cuidado con los alquileres vacacionales. Son ilegales en muchas ciudades y puedes llevarte un disgusto. La multa sería para el propietario, pero tú te quedarías de patitas en la calle. Si es legal, es una buena opción y normalmente de precio razonable. Aunque hay de todo.

La digitalización abarca el mundo entero. Vayas a donde vayas, una buena idea es hacerte con algunas apps concretas de la zona o internacionales que te ayudarán a manejarte por la zona donde estés, y sobre todo a economizar en todo lo que hagas. Consulta aquí algunas de las aplicaciones más útiles.

También es importante informarse bien sobre el cambio de divisa si viajas fuera de la zona euro. Un cambio caro puede ser la diferencia entre un viaje barato y volver tieso a casa. Cambiar moneda en tu banco habitual antes de salir de viaje es una opción válida, aunque hay algunas otras vías. En este enlace puedes consultar algunas opciones interesantes.

Y la vida de turista ¿cómo te la planteas?, pues si quieres visitarlo todo pagando entrada te va a salir por un ojo de la cara. En cambio, debes saber que en la mayoría de países hay días de visita gratuita de los museos, que los jóvenes suelen tener descuentos y que pasear es gratis, además de la actividad más interesante que puede hacer un visitante en una ciudad que no es la suya. Lo mismo que el senderismo, el deporte de montaña, o fluvial o de cualquier tipo al aire libre. Los conciertos en los lugares donde se celebra alguna festividad también son a menudo gratuitos, y no es difícil informarse. Las respuestas a todo esto las encontrarás en los puntos de información turística, donde podrán ayudarte a confeccionarte un planning vacacional casi gratuito.

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