″¿Qué somos? ¡Juguetes! ¿Y qué queremos? ¡Igualdad!” Y para conseguir dicho objetivo, los juguetes convocan una huelga para que los niños y niñas dejen de jugar con ellos por unas horas. Los juguetes quieren estar con el 100% de los menores, porque “un juguete que sólo puede jugar con el 50% no es un juguete feliz”.
Parece el argumento de una secuela de Toy Story, pero no, es una campaña contra los estereotipos sexistas en los juguetes lanzada por el Ministerio de Consumo.
Esta iniciativa pretende sensibilizar sobre la publicidad sexista dirigida a la infancia, ya que jugar no tiene género, y no deben condicionarse los juguetes de niños y niñas con promociones basadas en estereotipos como armas, pilotos, policías o bomberos para los varones, y productos de belleza o cocineras, cuidadoras y sanitarias para las niñas. Regalos estos últimos, además, de color rosa “femenino”.
De hecho, según datos ofrecidos por el Ministerio, más del 60% de los anuncios de juguetes en esta campaña navideña muestran a las niñas en roles femeninos de belleza o cuidado. Eso en una sociedad como la actual en la que se está trabajando por la igualdad de género y la práctica totalidad de las profesiones se han abierto al ejercicio de ambos géneros.
Juguete sexista
Para que no haya confusión posible, desde el Ministerio han definido los juguetes sexistas que quieren evitarse: “Un juguete sexista es todo aquel que tiene una versión diferenciada para cada sexo y que, por tanto, no se presenta como apto tanto para niños como para niñas”.
Desde el Ministerio justifican esta campaña considerando que “los estereotipos sexistas son peligrosos y afectan negativamente tanto a ellos como a ellas. El juego es básico para la configuración de su personalidad, sus habilidades y sus capacidades, por lo que una elección de los juguetes y juegos libre de estereotipos de género es clave para el desarrollo de una población que, a través del juego, aprende a conocer cómo es la vida”.
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