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Caídos del cielo, metáfora teatral del capitalismo

Desde la perspectiva de la parodia y el exceso cómico, el montaje teatral Caídos del cielo, que actualmente se representa en el teatro Condal de Barcelona en su versión catalana, ofrece una incisiva metáfora del sistema capitalista y un ácido y delirante retrato de la codicia, el único vició que parece no pasar nunca de moda. Y desde luego no en los convulsos tiempos en que vivimos, donde los que más tienen nunca tienen lo bastante.

Metáfora paródica del capitalismo

Escrita por el dramaturgo francés Sébastien Thiéry, y adaptada y dirigida por el Premio Nacional de Teatro Sergi Belbel, esta producción de Focus nos muestra la vida tranquila y feliz de una pareja pequeño burguesa de mediana edad cuya cotidianeidad se ve perturbada de golpe, sin motivo ni explicación aparente, cuando empieza a aparecer dinero en el comedor de su casa. La situación se complicará cuando se vean implicados la asistenta de la pareja y un peculiar y muy inquietante vecino, que abocarán la historia hacia un inesperado y sorprendente final. Los personajes recaen en cuatro experimentados y solventes intérpretes teatrales: Emma Vilarasau, Jordi Bosch, Carles Martínez y Anna Barrachina.

Aunque la crítica social es el telón de fondo durante toda la representación, la caricatura es el tono escogido para narrar el relato y la estridencia acaba por imponerse como principal recurso cómico durante las casi dos horas de duración del espectáculo, lo cual a ratos llega incluso a importunar y a interferir en la atención del espectador, que de algún modo desconecta del verdadero mensaje satírico de la función, y se queda en la histriónica fachada impuesta por las voluntariamente excesivas interpretaciones. Una opción de dirección que parece jugar a la contra del conjunto.

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