Para hacer la reseña de Blitz, la última novela de David Trueba, me permitirán que use palabras prestadas del Heraldo de Aragón, también utilizadas por Anagrama en la sobrecubierta del libro, y que lo define como una novela de la crisis en su sentido más amplio, pues más allá de la crisis económica, que se erige en el inevitable y omnipresente telón de fondo del relato, aborda también la crisis de identidad, la crisis de pareja e, incluso, la crisis creativa de este joven arquitecto paisajista que se pregunta “qué coño he hecho con mi vida”.
Se trata de una novela contemporánea, realista, incisiva, sarcástica y, si hablamos de emociones y sensaciones, indiscutiblemente universal, pues todos hemos sentido la impotencia, la desesperación, el íntimo patetismo sentimental y la posterior euforia de la recuperación, que marcan la dinámica de esta vida deshecha que intenta rehacer el protagonista de la historia tras el abandono de su pareja. Una relación que, pensaba él, era lo único sólido que tenía.
David Trueba, más conocido por su actividad cinematográfica que por su obra literaria – aunque con su novela Saber perder ganó el Premio de la crítica 2008- ha conseguido retratar con una precisión tan tierna como incisiva, tan demoledora como esperanzadora, a una de esas víctimas que la crisis ha dejado tirada en el arcén, y que ahora deben convertirse en los líderes de una recuperación necesaria, en modelos de la contumacia existencial de una generación que aún tiene que demostrar que no es tan mediocre como parecen querer hacerles creer aquellos que desde la atalaya de los 50-60 se disputan tan dudoso título generacional. Y la crónica resulta conmovedora, indignante y cachonda a la vez. Parecida en muchos aspectos a nuestra hoja de ruta, si lo miran bien y sin arrogancia.
Publicada por Anagrama en su colección Narrativas hispánicas (176 páginas).
Leave a Reply