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Blanqueamiento dental: cómo tener unos dientes blancos

La sonrisa es la principal carta de presentación de una persona. Es por ello que debemos ofrecer desde el principio la mejor imagen posible, lo que se consigue con unos dientes blancos y radiantes. Si no los tenemos, podemos recurrir a los tratamientos de blanqueamiento dental.

El blanqueamiento dental es una forma de aclarar el color de los dientes utilizando diferentes métodos. El tono del esmalte de los dientes varía de unas personas a otras debido a diversos factores como la edad, el consumo de tabaco, café, té o vino, entre otros.

Lo  más aconsejable antes de elegir un método de blanqueamiento dental es acudir a nuestro dentista para que nos aconseje sobre las distintas técnicas que se pueden aplicar. Además, en algunos casos recomiendan no realizarlo. Por ejemplo, si tenemos caries, tienen que ser tratadas antes; o si tenemos problemas en las encías o si nuestros dientes son muy sensibles a alimentos y bebidas frías o calientes.

También puede ocurrir que algunas manchas producidas por un antibiótico como las tetraciclinas no respondan al tratamiento. Tampoco es efectivo en dientes postizos o fundas. Y, tampoco está recomendado durante el embarazo o la lactancia, en dientes rotos o agrietados, ni en menores de 18 años, ya que sus dientes aún están en desarrollo.

blanqueamiento

Técnicas para blanquear la dentadura

Para blanquear los dientes se puede recurrir a:

  • Geles blanqueadores. Se pueden comprar en las farmacias. Contienen moldes elásticos para la boca y tubos de gel blanqueador (suelen ser de peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida). Tras echar gel en los moldes, hay que colocarlos en los dientes durante aproximadamente media hora, durante dos o cuatro semanas consecutivas. Los componentes de los geles  se descomponen, el oxígeno entra en el esmalte dental y lo aclara.

El resultado de los blanqueadores caseros sólo funciona si están ligeramente amarillos, y los efectos no son duraderos, por lo que hay que repetir el tratamiento.

  • Gel blanqueador y férula a medida realizada por un dentista. El odontólogo confecciona una férula a medida donde posteriormente colocará el gel blanqueador. También utiliza el peróxido de hidrógeno o el peróxido de carbamida, pero en concentraciones mucho más altas que las que se ofrecen en las farmacias. Por eso, este tratamiento debe ser supervisado por profesionales cualificados.
  • Láser. Existen tres tipos de blanqueamiento dental láser que dependen del tipo de luz utilizada: LED, de arco de plasma y halógeno. El odontólogo utiliza para esta técnica primero productos químicos y después aplica el láser. Emplea un gel blanqueador con altas concentraciones de peróxido de hidrógeno o peróxido de carbamida, y a continuación, utiliza una luz láser que facilita una mejor penetración del gel a través del esmalte de los dientes.

Este procedimiento indoloro suele durar una hora y los resultados se pueden apreciar de inmediato. Incluso es capaz de blanquear los dientes hasta 8 tonos.

Duración del efecto blanqueador

Los efectos varían dependiendo de los hábitos de vida y salud de cada persona tras someterse al blanqueamiento. Es decir, durará mucho menos en personas que fuman, que suelan beber café, vino o té, a modo de ejemplo. Por eso es tan importante cuidar la alimentación tras los tratamientos y evitar ingerir alimentos con colorantes. Asimismo, es recomendable acudir al dentista una vez al año para mantener el tono conseguido y también una higiene oral adecuada.

En el caso de los tratamientos con láser, se pueden ver los resultados durante 3 o 4 años. En cambio, con los geles blanqueadores, además de ser el proceso mucho más lento, su eficacia del blanqueamiento dental es menos duradera.

Precios

Varía significativamente dependiendo del producto que se utilice, la técnica empleada y la clínica a la que acudamos. El precio del tratamiento láser en una clínica dermoestética puede oscilar sobre 200-400 o más euros, dependiendo del número de sesiones que se necesiten. Pueden resultar más caros, pero ofrecen los mejores resultados desde el primer momento. Son capaces de reducir las manchas y el color amarillento de los dientes, recuperando incluso el blanco natural.

Si no queremos, o no podemos, acudir a un especialista, podemos optar por alternativas más “casera”, que no requieren un gran desembolso económico. De ahí que muchas personas opten por kits de blanqueamiento disponibles en cualquier farmacia, como por ejemplo un pincel dental blanqueador que puede costar unos 15 euros; un tratamiento blanqueador con moldes que cuesta unos 30 euros, o un kit compuesto por gel, pasta dentífrica y enjuague bucal que puede rondar unos 60 euros.

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